El mapa de los grandes grupos de automoción puede cambiar en los próximos meses. La compañía francesa PSA, que engloba las marcas Peugeot y Citroën, confirmó ayer que negocia la compra de Opel a la multinacional norteamericana General Motors, que también reconoció que se encuentran en plenas negociaciones. La suma de PSA y Opel daría lugar al segundo mayor fabricante europeo, solo por detrás de Volkswagen, que también ostenta la primera posición mundial.

PSA indicó en un comunicado que está «explorando numerosas iniciativas estratégicas con el objetivo de mejorar su rentabilidad y eficiencia operativa, incluida una potencial adquisición de Opel». Sin embargo, aclaró que «no se puede asegurar que se llegará a un acuerdo» en las negociaciones en marcha. En los últimos años, PSA y GM habían puesto en marcha la fabricación conjunta de tres modelos en Europa.

El anunció sorprendió a los sindicatos europeos de Opel, que no conocían la existencia de las conversaciones. El comité de la planta de Figueruelas prefirió guardar silencio a la espera de conocer más detalles de la negociación.

El nuevo gigante del automóvil resultante de la adquisición sumaría 4,2 millones de vehículos comercializados en el 2016, de los que 3,1 corresponden a PSA y otros 1,1 millones a Opel, la filial europea de GM con sede en Alemania. La negociación para vender la rama de GM en Europa se produce después de un largo periodo de acumulación de pérdidas. En el 2016, Opel registró unos resultados negativos de 257 millones de dólares (243 millones de euros), lo que supone una mejora sustancial en relación con los 813 millones de dólares (769 millones de euros) del 2015.

La situación de pérdidas de Opel contrasta con la mejora experimentada por PSA desde que fue rescatado en el 2014 con la entrada en el capital de su socio chino Dongfeng, que compró el 14% de las acciones por 750 millones de euros en una ampliación de capital en la que el Estado francés compró una parte idéntica y la familia Peugeot redujo su participación mayoritaria hasta el 15%. En el primer semestre del 2016, el grupo PSA obtuvo un beneficio neto consolidado de 1.383 millones, 663 millones más que en el mismo periodo del año anterior.

PLAN DE EXPANSIÓN

El presidente ejecutivo de PSA, Carlos Tavares, inició en el 2016 un ambicioso plan para aumentar el volumen y la rentabilidad del grupo francés. Peugeot, Citroën y la marca de gama alta DS suman 184.000 empleos en total, a los que se sumarían los 38.000 puestos de trabajo de Opel y su filial británica Vauxhall.

No es la primera vez que General Motors ha entablado negociaciones para intentar vender su filial europea. En el 2009, el grupo estadounidense mostró su intención de traspasar el 55% de Opel al fabricante austriaco-canadiense Magna, una operación que saltó por los aires de forma súbita a principios de noviembre de ese mismo año.

El consejo de administración de General Motors decidió finalmente quedarse con su filial europea, una decisión que rompió con los planes impulsados por los Gobiernos europeos implicados en la operación (España, Reino Unido, Bélgica, Polonia y Alemania) y dio al traste con meses de negociaciones que afectaron a los más de 50.000 trabajadores que entonces integraban la plantilla de Opel en el viejo continente.

EL ANTECEDENTE DE MAGNA

La compañía justificó su cambio de decisión en la mejoría del entorno económico y empresarial en Europa en esas fechas. Con todo, a la multinacional estadounidense nunca le acabó de gustar la idea de que la compañía se quedara con la ingeniería y las patentes. Además, con la operación, logró ganar tiempo y sanear algo sus arcas en un momento de enorme dificultad para el grupo.

A los pocos días, GM vinculó su futuro a Opel y elogió a la fábrica de Figueruelas, la más competitiva de toda Europa.