Las diferencias entre alumnos ricos y pobres, entre los que van bien en la escuela y los que necesitan clases de refuerzo y no pueden pagarlas, se han ampliado con la crisis. Los años de recortes y de restricciones presupuestarias han dejado una escuela no solo más huérfana de recursos y más dependiente del voluntarismo de maestros y familias, también bastante menos equitativa. La brecha entre los estudiantes cuyas familias pueden asumir el coste de unas clases extra escolares y los que no,esa hora más profunda que hace seis años, aseguran los expertos.

Ya lo evidenció el último Informe PISA, del 2012, al poner de manifiesto que las diferen cias de los alumnos españoles por razones socioeconómicas se habían ampliado en seis puntos desde el 2003. El indicador de la equidad, del que las autoridades educativas españolas tanto habían presumido hasta entonces, se situó por primera vez por debajo de la media de la OCDE. «Lo peor de los recortes que se han aplicado estos años es que han sido lineales, se han llevado a cabo utilizando un mismo rasero para todos los centros, sin tener en cuenta que a las escuelas con más dificultades se las tenía que haber eximido del tijeretazo», lamentaba hace unos meses Ismael Palacín, analista educativo y director de la fundaciónJaumeBofill.

Tampoco ayuda la entrada en vigor de la LOMCE, la ley de mejora de la calidad educativa del exministro José Ignacio Wert, que, según vaticinan algunos pedagogos, aún lo va a poner más difícil. La normativa prevé que, en cuarto de ESO, los alumnos sean separados en dos itinerarios: el de los que van a estudiar luego Bachillerato (la vía de enseñanzas académicas) y el de los que harán FP (la de enseñanzas aplicadas). «Lejos de solucionar problemas, la LOMCE genera otros que nadie había planteado y este es uno de ellos, porque la separación en 4° de ESO genera muchas más dificultades. ¿Qué pasa con el alumno que elija la vía de enseñanzas académicas -Bachillerato- pero luego quiera pasar a FP o viceversa?», cuestiona Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía.

Para él, separar itinerarios «es un error pedagógico de primer nivel» y esta decisión «aumen tará la brecha porque hay mucha correlación entre recursos, nivel educativo y abandono». Planas insiste en que el sistema educativo «debería compensar desigualdades pero, al contrario, medidas como esta aumentan más las diferencias». Cierto es que, de momento, los recortes sufridos no están teniendo un efecto directo sobre los resultados académicos de los estudiantes, ni han empeorado las tasas de fracaso escolar. Los expertos lo explican recordando que durante estos años ha aumentado el desempleo juvenil y que, por ello, el número de chicos que siguen estudiando después de graduarse en la ESO también se ha incrementado. Fundamentalmente, por las malas perspectivas que les ofrece el mercado laboral.