Luis Pedro Rocaful Gutiérrez --en la imagen contigua en la que porta un kalashnikov en la mano-- estaba profundamente enamorado a sus 63 años de la que consideraba su pareja. Con ella quiso montar un negocio que fue el bar en el que ayer se suicidó. Pagaron un traspaso, pero las deudas les ahogaban, según fuentes consultadas, y la relación empezó a quebrarse. De hecho, el carácter de este hombre, que trabajó hace 20 años en una refinería de petróleo, empezó a enrarecerse. La propia Fátima Sánches reconocía que se enfadaba muy a menudo y que hace poco tiempo montó un altercado en un restaurante por algo que carecía de mucha importancia. A pesar de esta actitud, resaltan que era su novia la que tomaba las decisiones, especialmente a nivel económico.