La opinión que los vecinos de Bronchales tienen sobre Daniel Pérez Berlanga variaba bastante según se preguntara con o sin cámara, con libreta o con micrófono de por medio. La gran mayoría, eso sí, coincidía en calificarlo como un chico "bueno y tranquilo", del que desde luego no esperaban un acto como el de ayer, por el que estaban conmocionados. Pero, garantizando su anonimato, sí indicaban que era sabido que tenía problemas psiquiátricos, que el alcalde, Francisco Nácher (CHA) definió como "una depresión" ya tratada.

El incidente que describían los vecinos, sin embargo, no parece propio de una depresión. Fue el robo del coche de un vecino, en 1999, cuando forzó el vehículo y se fue con él, en pijama. Recientemente había mostrado, al parecer, actitudes extrañas con otros.

Según publicó Efe, citando fuentes policiales, el hombre estaba diagnosticado de esquizofrenia y tomaba irregularmente su medicación, además de tener problemas con las drogas. Este último punto fue rotundamente desmentido por los vecinos consultados, que indicaban que era "más bien de cafés". "Y buen pagador", añadía el dueño de un bar próximo a su casa.

También coincidían, apoyando el desmentido sobre las drogas, que es un joven bastante retraído, y que apenas sale de casa salvo para tomar café y leer el periódico o reunirse con algunos amigos en un bar. Al margen del citado incidente del coche, no se le conocían escándalos.

Pérez Berlanga, de 37 años, está soltero y vive en el segundo piso de un bloque de próximo a la casa de sus padres, con los que al parecer comía y cenaba a diario. Había trabajado en una empresa de aglomerados de madera en la vecina localidad de Cella, pero le despidieron tras un ERE, hace al menos un par de años, según fuentes de la localidad.

Algunos apuntaban a que desde el despido, Daniel, hijo del exalcalde socialista de la localidad, responsabilizaba a los políticos de su situación. Pero otros restaban importancia a sus palabras, calificándolas como "charlas de bar". "¿Cómo nos íbamos a imaginar con eso que cogiera el coche de propio y se fuera hasta Madrid?", se preguntaba el dueño de uno de los bares.

Desde luego que nadie se imaginaba que, tal y como contó ayer a la Policía, hubiese estado montando en los últimos días un artefacto en su casa, siguiendo las instrucciones de Google y el Discovery Channel, según explicó a la Policía tras su detención. Algunos vecinos que le vieron anteayer por la tarde destacaban lo "tranquilo" que aparentaba, teniendo en cuenta lo que planeaba.