En la provincia de Huesca no hay suficientes viviendas en alquiler para atender la demanda de los potenciales inquilinos. En la zona de Monzón, Barbastro y Binéfar, así como en la capital oscense, esta tendencia es más acusada. Allí coinciden en la búsqueda de un hogar provisional los profesores destinados a los colegios e institutos de la zona, los profesionales sanitarios del hospital y los trabajadores de las nuevas industrias, en su mayoría agroalimentarias, que se han instalado en la zona. Esta circunstancia se enmarca dentro de la tendencia general que demuestra que el alquiler se está reactivando porque los jóvenes no pueden hacer frente a la compra de una vivienda. ¿El resultado? Un mercado saturado y unos demandantes de vivienda desesperados por encontrar hogar.

La inmobiliaria Casa Inmo cuenta con 300 pisos en alquiler en Barbastro, muchos de ellos ni son publicados en internet dada la lista de demora acumulada desde hace meses. Carlos Poza, responsable de esta empresa, explica que el mercado del alquiler está «saturado». «El alquiler creció mucho durante la crisis mientras la venta se desplomó, pero de hace dos años a esta parte es algo descomunal», asegura.

Precios «inflados»

A su juicio, esta situación está siendo aprovechada por algunos propietarios «para inflar el precio» aunque cree que en general han aumentado «por las leyes naturales del mercado». «El piso que antes te costaba 300 euros ahora te lo encuentras a 450», añade.

José Luis Escutia, de la inmobiliaria Cosehisa de Monzón apoya la misma teoría. «En general al zona de Binéfar, Barbastro y Monzón la demanda siempre ha estado por encima de la oferta porque hay mucha gente de Zaragoza que viene a trabajar», señala.

Por ello, muchos montisonenses han invertido en la compra de una vivienda para arrendarla. «Las viviendas que salían a precios económicos por temas de bancos o restos de promoción han sido compradas como inversión, para ponerlas en alquiler», indica. Las rentas que se pagan, en general, son «bastante altas», ya que «pisos de 50 metros cuadrados pueden encontrarse por 450 euros», un precio equiparable con los de la ciudad de Zaragoza.

Lo mismo sucede en Huesca capital. Según la inmobiliaria Vive Inmobiliaria, «la oferta se ha reducido y la demanda es mayor», por lo que los precios «han subido en torno a un 20% respecto al año anterior». Asegura que aunque los demandantes «no arriendan a cualquier precio», los trabajadores que llegan a Huesca de fuera «llegan a alquilar un piso sin verlo antes».

Según cuentan los expertos, la situación se agravará dentro de unos años, cuando la capital oscense tendrá que acoger a unas 500 o 600 familias nuevas por la reapertura del cuartel Sancho Ramírez.