La siguiente ficha en el puzzle de Ibercaja podría ser Unnim. "Eso sería la guinda", comentaban ayer directivos a los representantes sindicales. Pero la entidad aragonesa tendrá que esperar a la decisión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), propietario del banco que reúne el negocio de las cajas que componen Unním --Terrassa, Sabadell y Manlleu-- que deberá elegir la próxima semana entre los cuatro en discordia: Ibercaja, Santander, BBVA y Popular. Pero Ibercaja parece estar en una posición privilegiada para ser la ganadora en la puja, según fuentes del sector consultadas por este diario. Más aún tras conocerse el acuerdo alcanzado con Caja3 para impulsar una fusión en la que el banco presidido por Amado Franco tendría el 80% frente al 20% del grupo integrado por CAI, Caja Badajoz y Caja Círculo de Burgos.

Las razones son varias, pero ninguna es definitiva. En primer lugar, en Unnim ven con mejores ojos estar bajo dominio aragonés y, principalmente, ser absorbidos por una caja --el resto de aspirantes son bancos--, algo que entronca más con la raíces de este sector en Cataluña (véase La Caixa). Eso sí, el Gobierno catalán quiere que se mantengan la marca y la presencia de la obra social.

Desde la perspectiva de Ibercaja, la llegada de Unnim supondría un bálsamo para sus aspiraciones de convertirse en un actor de referencia en el sector financiero español. Así, sumaría otros 30.000 millones en activos y rozaría la barrera de los 100.000 millones, una cantidad que daría a la entidad aragonesa, además de tamaño, fortaleza y más presencia territorial. De hecho, Ibercaja incrementaría su presencia en Cataluña y apenas tendría solapamiento de oficinas en el resto de territorios (ver gráfico).

Como dijo Amado Franco, "hablamos con todos" y también lo hicieron en su día con Unnim antes de que cayera en manos del FROB. Ahora está a la venta, con un esquema de protección de activos y en mejores condiciones.