El Ayuntamiento de Zaragoza obtuvo durante el 2014 más de 685,8 millones de euros en ingresos, lo que le permitió ayer sacar pecho para afirmar que se alcanzó el 98% de los presupuestados (697,7). Una cifra que es mucho más que estadística, ya que se traduce en una doble lectura: alcanzar un registro de récord respecto a las estimaciones iniciales con las que se confecciona un presupuesto (y sin previsión por venta de suelo ni deuda financiera) y no tener que aplicar recortes en el gasto porque la recaudación no da para ejecutar todo lo que se planteó al principio del ejercicio. Un equilibrio en el que tiene mucho o todo que ver el impuesto sobre la plusvalía, que permitió al consistorio recaudar el año pasado otra cuantía récord: 58,49 millones. Estos son 14 más que los obtenidos en el 2013 y 22,5 más de los previstos para este tributo.

MÁS DE UN 30%

Este es, de lejos, el incremento más destacado de la recaudación municipal en el pasado ejercicio. Y junto al del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), con dos millones más de los esperados (se ingresaron 154,6 millones, sobre los 152,5 estimados) permitieron compensar las caídas más importantes que también se han registrado. Por ejemplo los 14,95 millones de euros que se deberían haber recibido del Gobierno de Aragón por su parte correspondiente del pago de las obras del tranvía o los 5,3 millones menos que se han percibido de menos por el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). Se esperaban 11,5 y se ingresaron solo 6,26 (54,4%).

Pero eso no significa que el aumento en la recaudación en el impuesto sobre la plusvalía sea lo normal. Y la explicación municipal la encuentran en que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, alentó una "avalancha" de compraventas de segunda mano en el 2014, que se incrementaron en "más de un 30%" en Zaragoza. Según explicó el vicealcalde, Fernando Gimeno, el anuncio de que a partir de este año se tendría que pagar en la declaración de la renta por estas operaciones llevó a muchos propietarios a desprenderse de inmuebles. Antes de que el propio Montoro matizara a final de año su medida apuntando que esto solo sería obligatorio para valores catastrales superiores a 400.000 euros.

Pero ya era tarde, las operaciones se habían disparado. Sobre todo en el caso de sociedades mercantiles y bancos, que además preferían pagar el impuesto de plusvalía el año pasado a tributar más en este porque, en su caso, pueden deducirse hasta el 35% del pago en el impuesto de sociedades.

Y menos mal que pasó eso para el ayuntamiento, porque si no habría notado más el descenso en las previsiones de impuestos, precios públicos y tasas en los que no anduvieron tan finos. Como los del IVA, por el que se ingresaron 2,5 millones menos, o los escasos resultados dados por la explotación de las explotaciones deportivas, que siguen perdiendo ingresos. El año pasado se logró casi un 17% menos de lo estimado. Esto es, los 3,92 millones previstos se quedaron en 700.000 euros menos (3,27 millones) en unos servicios que arrastran un déficit anual de más de 25 millones. El propio Gimeno admitió que le "preocupa" porque se llevan congelando precios y, si no se suben, habrá que reducir costes. Es decir, recortes.