La sesión de control al Gobierno que se celebró ayer en las Cortes volvió a servir para que arreciaran las críticas de la oposición hacia la presión fiscal de Aragón, y en concreto, al impuesto de Sucesiones, verdadero blanco de los reproches del PP y Ciudadanos, también del PAR, hacia el Ejecutivo PSOE-CHA. Este debate, que también se ha abierto en la calle, monopolizó gran parte de las preguntas de los conservadores al presidente, Javier Lambán, quien defendió y justificó este impuesto para salvaguardar el estado del bienestar y recuperar las políticas sociales que, a su juicio, se deterioraron la pasada legislatura.

El presidente del PP, Luis María Beamonte, preguntó por el modelo económico del Gobierno para «acabar con la pérdida de oportunidades» que estaba sufriendo Aragón, y justificó esta pregunta cargada de contenido asegurando que tan solo 70 empresas de las 2.400 que han abandonado Cataluña se han instalado en la comunidad. Según él, por la fuerte carga fiscal existente y, en especial, por el Impuesto de Sucesiones. Algo que desmintió categóricamente el presidente, asegurando que eso era «una mentira absoluta» puesto que ninguna empresa que consultaba las condiciones para instalarse en Aragón preguntaba por este impuesto. Para Lambán, el argumento popular es resultado de su «catalanofobia» que prefiere ver desmantelada a Cataluña en lugar de que haya un intercambio comercial normal.

635 millones de euros

Así, Lambán señaló que están a punto de instalarse 11 empresas catalanas con una inversión prevista de 33 millones, sumando un total de 32 firmas con inversiones por valor de 635 millones si se añaden las que ya se han ubicado en Aragón, lo que contrapuso al «portazo» del anterior Ejecutivo PP-PAR a la empresa Amazon. Pero además añadió la apuesta por sectores estratégicos que el PP «dejó morir», como la logística, la eólica o la industria agropeacuaria.

El presidente del Gobierno negó la mayor a Beamonte, y defendió el impuesto de Sucesiones que, según indicó, es defendido por numerosos expertos en financiación autonómica. Asimismo, se defendió de las acusaciones de que Aragón es la comunidad en la que la carga fiscal es mayor, señalando que es un punto inferior a la media estatal de las comunidades, y que su política fiscal --que ahora también se está negociando para el próximo año con Podemos-- «está generando un entorno favorable a la inversión» pese a los augurios negativos del PP.

De hecho, justificó la reforma fiscal emprendida por su Ejecutivo, hecha para «salvar» los servicios públicos «que el PP destrozó» y contener «el déficit que se desbocó». Ante las críticas de Beamonte, el presidente del Ejecutivo indicó que los 104 millones de euros recaudados por Sucesiones el pasado año han servido para invertir en Sanidad y Educación. «Abandonen el páramo intelectual y dejen de ser sicarios al servicio de los poderosos», remató Lambán.

Fue una interpelación bronca y cargada de murmullos entre las bancadas, lo que hizo que en un par de ocasiones la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, tuviera que llamar al orden.

Luis María Beamonte acusó a Lambán de ser «campeón en sangrar el bolsillo a los aragoneses» y que Aragón no es un territorio atractivo «por culpa de sus políticas». Por ello, le invitó a generar un marco de seguridad y confianza para crear oportunidades. El líder de los populares también preguntó al presidente si está dispuesto a definir un modelo económico «claro» que acabe con la falta de oportunidades y criticó que el Gobierno de Lambán «lleva bastante tiempo en una especie de parálisis política».

«Desearía que usted pasase a la Historia como el presidente que ha hecho lo que ha tenido que hacer y no el que ha tenido menos contenido político de los que han pasado por el Pignatelli», señaló Beamonte a Lambán, para añadire que «más allá de sus luchas internas nadie sabe cuál es su proyecto».

A pesar de la defensa que hizo Lambán de este impuesto, también abrió la puerta a revisar aquellos casos en los que este gravamen pueda resultar injusto en algún caso, aunque también adelantó que estas situaciones, si se dan, son minoritarias porque se trata de aplicar la progresividad en Sucesiones.

Ciudadanos, en la misma línea

La preocupación por el impuesto de Sucesiones también llevó a Ciudadanos a interpelar al consejero de Hacienda, Fernando Gimeno. Lo hizo Javier Martínez, quien recordó al consejero que el Gobierno de Aragón recibe cientos de millones de euros adicionales por la carga impositiva que sufren los aragoneses. Una recaudación, continuó, que se consigue de una manera cómoda, es decir, recaudando lo máximo posible a través del cobro de impuestos, o consiguiendo que el gasto sea más eficiente, «haciendo una mejor gestión de los recursos de ese dinero que sale de los bolsillos de los aragoneses».

Para Martínez, «el impuesto de sucesiones le ha sido rentable al Gobierno, ya que pretendía recaudar una cifra y ahora se le ha disparado», matizó. Por ello, el parlamentario insistió en la posibilidad de cambiar la situación ·porque es un impuesto injusto». Para ello, invitó al consejero a «sentarse» con los grupos para reformarlo.