La intervención de Izquierda Unida estuvo muy centrada en pedir "más audacia" al Gobierno municipal y al resto de partidos, para actuar contra el Gobierno de Aragón, por su deuda por impagos con el consistorio por valor de 50 millones de euros, para "llevarlo a los tribunales", como ha hecho recientemente la Universidad de Zaragoza, un "ejemplo" en la investigación y también, dijo su portavoz, José Manuel Alonso, en la forma de actuar contra aquellos que no cumplen con sus compromisos. En el caso de las deudas tributarias, vía embargo, en la de los convenios, vía demanda. Un estilete con otro objetivo claro en su discurso: la Sareb y los bancos. Amparándose en lo que dice el artículo 128 de la Constitución sobre quien interfiere en el bien público. "Se puede y se debe actuar", exigió.

"La ciudadanía nos va a reclamar que removamos todos los obstáculos que les impide avanzar", dijo Alonso, en el discurso menos electoralista de los escuchados ayer, porque él es el único que no es candidato para el 2015. Y esto incluye a la DGA y su "obsesión enfermiza" por paralizar las políticas sociales, pero también a los bancos, a las eléctricas...

Sus propuestas para hoy también apuntan a la vivienda, pero para exigir al PSOE un compromiso para dar salida a las viviendas vacías que existen en la ciudad, con un censo que aún no ha hecho; la convocatoria urgente de oposiciones para hacer nuevas contrataciones, e incorporar personal con el dinero presupuestado de trabajadores que luego se jubilan, entre otras.