El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) y el grupo municipal del PSOE escenificaron ayer la ruptura definitiva de cualquier atisbo de reconciliación. El debate sobre la municipalización fue el detonante del encontronazo más duro y contundente de los primeros 14 meses de legislatura y, por lo hiriente de los ataques, suena a definitivo. Desde ayer la moción de confianza está más cerca, o la de censura, como llegó a pedir públicamente el teniente de alcalde de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, por lo que calificó como «derechización» de los socialistas. Un cóctel explosivo con todos los ingredientes necesarios: el enésimo fracaso en un proyecto estrella de ZeC, la crisis en Ferraz y la reciente renuncia de Carlos Pérez Anadón, su portavoz en el consistorio, a su puesto en la Ejecutiva para forzar la marcha de su líder, Pedro Sánchez, y aupar al PP al Gobierno de la nación. Con lo que esto supondría.

Cubero se cebó con el portavoz socialista y con todos los críticos de Sánchez. Le animó a dar el «golpe de Estado» que han dado en la sede madrileña de Ferraz también en el consistorio. «Formalice su relación con el PP y formen un Gobierno», le recriminó. «Ofrézcale ser alcalde de Zaragoza, como hizo el año pasado dos días antes de la toma de posesión, que igual hoy se lo acepta», instó al conservador Jorge Azcón. Porque esa es, según el edil de ZeC, la explicación de todo lo que ocurre, en Madrid y en Zaragoza.

«El PSOE dice lo mismo que la CEOE, que las empresas del IBEX35, las del artículo 135 de la Constitución que modificaron con el PP» para que el pago de la deuda fuera prioritaria para las administraciones, lamentó Cubero. «Me produce rabia que esas mismas empresas sean capaces incluso de hacer explosionar a su propio partido». «Me avergüenzo de usted, Carlos Pérez Anadón, y de Felipe González, que cada vez que habla apesta a consejo de administración. Al PP lo entiendo, que lleva años llenando sobres en su sede, pero a ustedes...», añadió el edil.

Nadie pensaría que necesita el voto socialista para aprobar las ordenanzas fiscales y el presupuesto para el 2017. Y es que, a juicio de Cubero, lo que ocurre es que «existe una alternativa al PP y no se está dando», y la rebelión en Ferraz se produce «para que gobierne Rajoy y la derecha». Así que les animó a construir un discurso similar en la capital, hacer una moción de censura, o marcharse. «Dimita y deje pasar a alguien que represente al PSOE que en su día respetó», concluyó.

Los socialistas esta vez ni siquiera recibieron ayuda de los nacionalistas. CHA fue el único que se alineó con ZeC en todo momento en los debates cruciales, también en el de la municipalización, defendiendo que en el caso de las depuradoras «es más barata». Con un PSOE pidiendo constantemente respeto a Cubero, solo el PP reaccionó con la misma intensidad.

DEFENSA DEL PP

Jorge Azcón recriminó al Gobierno municipal que la municipalización es «un proyecto nonato» porque en el pleno no tienen mayoría. El debate, a su juicio, era «ideológico» y solo faltaba saber «si están dispuestos a respetar a una mayoría democrática o si después del episodio del rey Sol --en referencia a Cubero-- ahora viene el del pequeño dictador». «Ustedes van a comerse una derrota sin despegar el culo del sillón. Van a seguir en el Gobierno sin hacer lo que dijo y eso es lo que realmente les interesa, seguir en el sillón», añadió el edil conservador.

Los socialistas reaccionaron lamentando que ZeC use la gobernabilidad «como arma arrojadiza» y que se dedique constantemente a «lanzar órdagos con la gobernabilidado enfrentándonos con los trabajadores». «Nosotros estamos con los ciudadanos», aseguró la concejala Lola Ranera. Tras el parón para comer, el PSOE intentó acordar con los portavoces una declaración institucional para exigir respeto en la sesión. Pero ZeC rehusó porque no apreciaba insulto alguno.

Más tarde, en otra moción, el socialista Roberto Fernández instó a ZeC a tomar medidas si no están de acuerdo con las discrepancias. «Si no nos quieren, vayan al secretario general y dimitan», le dijo. Sobre próximas negociaciones, como el presupuesto del 2017, «todo dependerá de la actitud del Gobierno y de Cubero».

Respecto a la municipalización, el PSOE argumentó su voto en contra de municipalizar la depuradora explicando que otros informes, los de Ecociudad, no hablan del ahorro de 500.000 euros que defendía Cubero, sino al revés, más coste y subrogando personal sin hacer una oposición previa. Quizá, dijo, porque él «había adquirido algún compromiso con los empleados».

Desde Ciudadanos, Elena Martínez votó en contra porque quedan muchas dudas aún en el aire y «no le podemos dar un cheque en blanco».