La ciudad oscense de Jaca llora desde el martes a Marina Bandrés, una vecina de 37 años, y a su bebé de 7 meses, Julián, en el avión siniestrado. Unas 250 personas se concentraron a las puertas del ayuntamiento jaqués, cuyas banderas ondeaban a media asta y donde se guardarán cinco días de luto oficial.