El bioquímico serrablés Carlos López Otín transmitió ayer en su intervención tras recibir el premio Aragón su pasión por la "magia" que supone resolver "problemas experimentales en el laboratorio". También manifestó la "responsabilidad" que ha adquirido con la enseñanza --algo que le emociona y le hace feliz-- y reconoció que la curiosidad "es la mayor fuente de longevidad".

El científico afincado en Oviedo transmitió en pocos minutos su amor por la ciencia y las palabras, acompañando su discurso con miradas a Jorge Luis Borges, Eduardo Galeano o Ángel González. Definió su labor como una búsqueda de "lo que nos une", que ha encontrado en los secretos más íntimos de las reacciones bioquímicas, y de los que nos hace "a todos iguales", representado en las enfermedades que trata de combatir.

López Otín es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Oviedo, donde dirige un equipo de investigación y forma parte del Proyecto Internacional de Genoma del Cáncer. Varias de las líneas de trabajo iniciadas por él han abierto las puertas a nuevas vías para la cura de diversas enfermedades, gracias al descubrimiento y la exploración de sesenta nuevos genes humanos asociados a enfermedades como el cáncer.

López Otín afirmó que el único mérito de su carrera ha sido el haber tratado de encontrar el conocimiento. Y lanzó su mirada a la "minúscula escuela del Serrablo" en la que aprendió a leer y a escribir, con un especial agradecimiento a sus "profesores, maestros y mentores".

Por su parte, el presidente de Aragón, Javier Lambán, avanzó en su intervención que el departamento de Innovación va a empezar a trabajar en un pacto por la ciencia que blinde "importantes partidas frente a futuras crisis económicas".