Un cúmulo de desafortunadas circunstancias o una consecuencia lógica por la falta de personal en los servicios sociales de Zaragoza. Estos son los dos argumentos, tan distintos, esgrimidos por el ayuntamiento y los sindicatos, para explicar lo ocurrido en el centro municipal de La Magdalena, que estuvo al borde del cierre porque de todos los trabajadores que suele tener para atender una demanda que no deja de crecer, ayer llegó a quedarse con solo una persona trabajando. Las vacaciones, bajas, permisos por asuntos propios y vacantes que siguen sin cubrirse propiciaron esta situación y las instalaciones siguieron abiertas "pero sin poder atender a nadie", según aseguraron desde el comité de empresa.

Se salvó la situación in extremis y para hoy se tendrá que recurrir a otros centros para salvar una situación que volverá a repetirse en La Magdalena. Fuentes sindicales informaron de que el conserje que debía abrir las puertas no fue a trabajar al tener permiso por la enfermedad grave de un familiar, hay una plaza de técnico auxiliar que sigue sin estar cubierta, una vacante de administrativo que se cubría con personal del centro de San Pablo, además de otros puestos de educadores, psicólogo, trabajador social y auxiliar de dependencia que también se comparte con Oliver y Valdefierro.

SOLO UNO También debía contar con cuatro trabajadores sociales pero uno está de vacaciones, otro con permiso por asuntos propios y los dos que sí fueron a trabajar, pero uno tendrá una baja de larga duración. Solo queda uno para atender al ciudadano, y se da en un momento en el que las ayudas de urgencia tardan dos meses en concederse o que, como auguran los sindicatos, con las vacaciones, el personal se reducirá a la mitad.

Ante las críticas vertidas por colectivos sindicales, que apuntaban al cierre del centro, el teniente de alcalde de Acción Social, Roberto Fernández, fue tajante. "No se va a cerrar nada", indicó el responsable del área, que sí reconoció los problemas de falta de personal de este dispositivo. Durante esta semana, dos personas han trabajado en el centro y, hoy mismo, solo una iba a prestar servicio, lo que imposibilitaba su apertura. Ante la situación, apuntó Fernández, la jefa de servicio accidental, Charo Carcas, ha comenzado a adoptar soluciones "mandando personal de otros centros".

El propio Fernández, en la Comisión de Acción Social que tuvo lugar ayer en el consistorio, reconoció que los problemas de falta de personal por el número creciente de bajas están lastrando la puesta en marcha del plan de choque que ya anunció Carmen Dueso, su antecesora en el cargo. A pesar de ello, indicó, tras una pregunta de CHA que las instrucciones dadas por Dueso y por él mismo han contribuido a descender a 8 días la espera para una cita en uno de estos dispositivos, un trámite esencial para las familias que requieren ayudas de urgencia por su precaria situación económica.

"El plan de choque tiene que establecer medidas globales, pactadas con los sindicatos y con el personal. Un oficial no puede desempeñar las labores de un trabajador social pero sí tareas complementarias si tiene la formación adecuada", aseguró, al tiempo que recordó que se está pendiente de la firma del convenio con la DGA, del que dependen 115 trabajadores. "Hay que suturar muchas venas de esta aorta fundamental que es Acción Social", ejemplificó.

Fernández también anunció que espera tener listo el plan estratégico municipal de este área antes de que concluya el mes de diciembre. Y convocará las mesas sectoriales de trabajo previas "tan pronto como pueda, si podemos, antes de agosto".