Han sido largos meses de obras y tanto los vecinos como los comerciantes del eje del tranvía, que hoy estrenará un nuevo tramo hasta las Murallas, ven con alivio y esperanza la llegada de este nuevo medio de transporte. Incluso los que antes eran más que reacios al tranvía esperan ahora, una vez que la línea está consumada, que el acercamiento con mejores tiempos de recorrido sea beneficioso para su actividad.

"Está claro que la apertura de la línea del tranvía hasta las Murallas nos va a beneficiar", asegura el dinamizador comercial de la Asociación de Detallistas del Mercado Central, Julio Pasamón. Este colectivo había sido especialmente crítico con las obras y, aunque ahora ven de forma positiva el tranvía, no esconden que los trabajos les han ocasionado pérdidas que, hasta septiembre, cuantifican en descensos "de un 30 o un 40%".

La llegada de la Navidad ha incrementado las ventas, pero esperan que el tranvía mejore también la conexión con otros barrios. "El tranvía nos conectará en pocos minutos y esperemos que eso se note", asegura Pasamón.

También desde Cepyme, que ha orquestado una campaña en el denominado Espacio comercial tranvía para dinamizar el comercio con obsequios como frutas de Aragón o una flor de Pascua, se considera que la polémica "se ha superado", tal y como asegura su presidente Aurelio López de Hita. "Contra los hechos consumados no se puede hacer nada, la línea es un hecho y cuanto antes se ponga en marcha por completo, mejor", asegura. Por eso, reconoce el "aspecto positivo" de este medio de transporte por su "capacidad de aproximación", pero también que las obras, junto con la situación económica, han lastrado las ventas del sector comercial.

No solo los comercios deberán adaptarse a la nueva situación. También los vecinos. "No debemos olvidar que es una plataforma peatonal, en la que primero tiene prioridad el tranvía y, después, los viandantes", asegura el presidente de la Asociación de Vecinos Lanuza, Javier Rodríguez. El pasado martes, el colectivo acogió precisamente una charla sobre seguridad vial y se está trabajando en el estudio de posibles cambios de sentido de algunas calles.

Porque los vecinos se quejan del excesivo tráfico de vehículos en la calle Predicadores, Mosén Pedro Dosset y San Blas --la única bocacalle de César Augusto que permitirá la salida de coches--, dado que solo este giro permite a los vehículos que salen de la calle Manifestación volver a César Augusto y enfilar hacia Conde de Aranda. "Estas calles deberían ir destinadas a la circulación de residentes", indica Rodríguez, que apuesta por soluciones como "bandas disuasorias de goma" para evitar que los coches circulen a una velocidad excesiva por Predicadores o incluso por intensificar la presencia de los agentes de la Policía Local.

Por eso, a juicio del colectivo, transeúntes y conductores tendrán que adaptarse a una nueva forma de circular. "Costará que la gente se acostumbre a que no haya pasos de peatones ni semáforos, pero deberán hacerlo. Esperamos que el tranvía sea un elemento revitalizador de la actividad económica en la zona", asevera.

Igual que desde la Unión Vecinal Cesaraugusta, cuyo presidente Manuel Ortiz, apela a la "integración". Y sobre todo, al civismo.