"Sobre todo que me salven el tonel de vino del trastero", les decía Francisco Río a los dos bomberos que controlaban las dos bombas de achique en el garaje del número 50-52 de la avenida Almozara por la tarde. A su mujer, en cambio, le preocupaba la ropa que guardaban de su nieto.

Con el caudal del Ebro por encima de los cinco metros, Zaragoza trataba de retomar ayer la normalidad. La resaca de la avenida extraordinaria seguía presente, sobre todo, por el número de garajes inundados y los cortes de luz puntuales en distintos barrios como consecuencia de las filtraciones en los centros de transformación.

Las puertas de los trasteros de los números 48 y 50-52 de la avenida Almozara se veían flotando por el agua junto a neveras de viaje, balones o maletas. "Más se perdió en Cuba, aunque esto no lo había visto", decía Río. No opinaba lo mismo Victor Garrós, el propietario que tiene los 1.200 metros cuadrados de local de material de construcción inundados en el barrio. "La riada me ha arruinado. Ya no tengo nada", lamentaba. Pero a pesar de tenerlo anegado, ayer estaba preparando un pedido que tiene que llegar este sábado a Teruel. "El sábado lo dejamos en lo alto de la rampa para prevenir, y bien que hicimos".

ACHIQUES

Los bomberos no daban abasto ayer. Durante todo el día estuvieron achicando agua del Foro romano y del párking privado de la plaza del Pilar, donde el agua no deja de filtrarse en la tercera planta. Desde Bomberos explicaron que hasta que no baje el nivel del río seguirá entrando el agua por lo que "no resulta operativo".

Centraron gran parte de sus labores en aquellos garajes donde menos agua se ha filtrado. "Actuar en los que están completamente anegados no sirve de nada hasta que no descienda el caudal porque se vuelven a llenar", explicaron.

Las carreteras urbanas cortadas volvieron a recuperar la normalidad. Los operarios de limpieza estuvieron durante toda la mañana trabajando en el tramo afectado del tercer cinturón que fue abierto al tráfico sobre las 15.00 horas en ambos sentidos, a la altura del puente Giménez Abad. A primera hora del día se habían habilitado los carriles en sentido margen izquierda.

La entrada a Vadorrey seguirá cortada hasta que baje el nivel, según explicaron fuentes de la Policía. Junto a la entrada hay un solar inundado que sigue filtrando agua a este tramo y por seguridad permanecerá cortado unos días. La Ronda de Boltaña continúa cerrada al tráfico aunque ya no queda agua embalsada. Parte de la mota que se construyó el domingo por la noche se abrió parcialmente aunque, los coches no pueden circular.

La luz generó más de un problema. A lo largo del día se produjeron varios cortes como consecuencia de la inundación de los centros de transformación: 400 vecinos entre los puentes de Piedra y de Hierro amanecieron sin luz tras el fallo de dos transformadores en la calle Germana de Foix que quedó resuelto a las 9.30 horas.

En la calle Sástago se colocaron dos grupos electrógenos por el mismo motivo.

Por la mañana, los bomberos realizaron labores de achique en el Registro Civil de la calle Alfonso y en Zaragoza Expo Empresarial. En las instalaciones continúan con los trabajos de bombeo pero con medios propios de Endesa.

La ribera del Ebro retomó la calma durante unas horas. Por la mañana se volvió a abrir la pasarela del Voluntariado y la zona de los bancos para tranquilidad de muchos. "Menos mal. Yo ya pensaba que iba a estar varios días cerrado y lo mejor de este paseo es poder sentarte y mirar el Ebro", comentaba Pilar Gil. Una alegría que se esfumó a la vez que el sol porque por la noche se volvió a cerrar la pasarela tras la aparición de una grieta en la terminación de la instalación, en el lado de la Almozara. Hoy será inspeccionada.

Y muy cerca de ahí se encuentra el colegio Jerónimo Zurita donde el patio sigue siendo una gran piscina. Los 250 alumnos volvieron a tener otro día de vacaciones.

En el depósito municipal ya se pueden identificar los coches. Los bomberos comenzaron a achicar en el camino de acceso desde cocheras, inundado desde el domingo por la noche.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza explicaron que en caso de que algún vehículo tuviera un daño --la mayoría tenían inundado el motor--, el consistorio cuenta con un seguro de responsabilidad civil aunque, apuntaron que al tratarse de "una catástrofe natural" será el consorcio nacional de seguros el que se encargue.

En Alfocea alimentan a los animales de granjas anegadas con la ayuda de los equipos de buceo de los Bomberos. "Estaremos varios días así, entrando y saliendo por el campo de San Gregorio", explicaba el alcalde, Antonio Arages.