La moción de censura a Mariano Rajoy podría ser una oportunidad de lograr «un gobierno que se tome en serio a Aragón». O al menos así lo consideró ayer el presidente de la DGA, Javier Lambán, tras insistir en que con la sentencia «demoledora» del caso Gürtel el Partido Popular «ha quedado inhablitado por muchos años para gobernar con decencia este país». Y defendió que la maniobra política auspiciada por Pedro Sánchez mace de la «irresponsabilidad» del dirigente popular al no haber dimitido.

Lambán se pronunció así en un escenario delicado, con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría presente, tras la firma del convenio del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) en Arcos de las Salinas. «El PSOE ha tenido que asumir esa responsabilidad ante un país atascado y una gestión que ha llevado a la política española a un callejón sin salida», afirmó. Entre los asuntos pendientes que deberá retomar el próximo proyecto que salga de las urnas están la financiación autonómica y la despoblación.

Ante las declaraciones de la vicepresidenta de que la moción de censura desestabiliza la economía, Lambán dijo que «el mayor riesgo para España se llama Mariano Rajoy», y señaló que el PP es «un partido abrasado» por lo que para los inversores extranjeros la mejor noticia para todos los ciudadsnos sería «la desaparición de la escena política de la formación auspiciada por Rajoy».

Aún reconociendo que «todos los caminos son difíciles» por la complicación que supone la fragmentación parlamentaria, Lambán defendió la moción de censura presentada por su partido. «Habrá que recurrir a las elecciones», señaló.

TORRA ES «UN FASCISTA»

Mucho más duro se mostró a la hora de evaluar el papel que deben jugar los nacionalistas catalanes en la actual crisis política estatal. Lambán consideró que con el contexto provocado por la corrupción de los populares es necesario «ser más rotundo si cabe con el separatismo» y recalcó que no se puede «llegar a ninguna clase de acuerdo con los independentistas».

Además, en una entrevista en la cadena COPE consideró que el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, Joaquim Torra, es «un fascista» y que ningún constitucionalista «debería sentarse un minuto» a hablar con quienes le han elegido «por razones de higiene política y democrática e incluso moral», zanjó con contundencia.