El presidente aragonés, Javier Lambán, destacó ayer que además de plantear la vuelta de los bienes del monasterio de Sijena a su legítimo propietario --Aragón--, siempre ha tratado de que este asunto sirviera para "acercar posiciones y mejorar las relaciones" entre ambas comunidades. Con esta intención, dijo, se hizo el acuerdo para la devolución de 53 de estas 97 piezas entre ambos gobiernos, "al final fallido, porque ERC lo bloqueó en Cataluña", ya sabían que las sentencias darían la razón a Aragón y en el mismo se establecía que lo que se firmara "no tenía en modo alguno que entorpecer ni parar la labor de los tribunales", pero que podía tener "valor en sí mismo el hecho de que este contencioso se resolviera por la vía del diálogo". "Para mí tenía valor el acuerdo por eso fundamentalmente", enfatizó Lambán, quien insistió en que sabía que "tarde o temprano los bienes vendrían a Aragón por la vía de la Justicia", pero que era "bueno" que la política resolviera el conflicto y al final "no pudo ser", lamentó.