El presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, y el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, coincidieron en reclamar al Gobierno estatal «diálogo con Cataluña». El presidente se remitió a las palabras del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para reclamar al Gobierno que comience «desde ahora» a profundizar en métodos para mantener la unidad de España a través del diálogo. «La del domingo fue, seguramente, la jornada más nefasta de la historia democrática de nuestro país desde 1981, a la que asistimos estupefactos, tristes y apesadumbrados», admitió.

Lambán cargó contra «los despropósitos del Gobierno de Rajoy, que ha cometido numerosos errores», pero impuso la responsabilidad de lo ocurrido, sobre todo, en la «culminación de un Gobierno independentista instalado en la ilegalidad y que puso en marcha un procedimiento zafio y un referéndum ilegal que está dividiendo a la sociedad catalana y llevándola a un callejón sin salida».

El presidente, que calificó la situación actual como «un atolladero de muy difícil salida», admitió que el diálogo con la Generalitat «es muy difícil» aunque avisó que no permitirá que una posible salida al conflicto sea «otorgar privilegios injustos a una parte de España por encima de las demás».

INDEPENDENCIA // Asimismo, indicó que, si Cataluña opta por la declaración unilateral de independencia «estaríamos ante una situación gravísima y estaría perfectamente justificado que el Gobierno de España recurriera a todos los instrumentos legales a su disposición», en referencia a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Por su parte, el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, más moderado que durante el pleno del viernes, en el que animó a la gente a acudir a la movilización, insistió en la necesidad de definir un referéndum «pactado» y con «garantías», donde estén claras las preguntas tras un debate previo sobre los «pros y los contras de las diferentes opciones».

Para el regidor, la jornada dejó claro que «el pueblo catalán» quiere decidir sobre su futuro y abogó por el diálogo para poder dar una salida a la situación que se vive en Cataluña y que ha dividido a la sociedad.

A su juicio, no se trata «de un tema de posiciones independentistas», sino de reflexionar cómo se consigue más democracia y cómo se profundiza en los derechos individuales y colectivos. En este sentido, manifestó la necesidad de sentarse a hablar sobre las relaciones que quieren mantener las comunidades entre sí, para lo que consideró necesario avanzar hacía un estado federal. Según el acalde, se ha visto que el «Estado unitarista» no se puede imponer por la fuerza.