Como en las películas de sobremesa, al final de la película se barruntaba el final feliz de un serial que por momentos tuvo episodios de tensión, otros de hilaridad y otros de tedio insoportable. Pero, por fin, la decisión de las bases de Podemos facilita que en mayo, con cinco meses de retraso sobre lo reglamentariamente establecido, Aragón disponga de unos presupuestos para este año, imprescindibles para tratar de salir --aunque de forma incipiente-- de la crisis vivida en la última década.

La comisión de Hacienda de las Cortes aprobó ayer el dictamen definitivo tras revisar las 1.182 enmiendas de los grupos. El representante de Podemos votó favorablemente incluso en aquellos casos en los que se mantenían vivas sus enmiendas y antes de conocer si las bases decidían apoyarlos en el pleno definitivo, que se celebra mañana en las Cortes. Es decir, con reparos, la formación morada, sabedora de que su papel era imprescindible para la aprobación de la ley más importante de un Gobierno, ha ido dando tiras y aflojas hasta que en las últimas semanas la dirección ha mostrado una posición más conciliadora y a pesar de que no ocultan su desconfianza ante el PSOE, se han dado cuenta de que una prórroga presupuestaria podría tener consecuencias peores: tanto a nivel interno y de partido como, especialmente, a nivel ciudadano, ya que muchas subvenciones a entidades sociales se habrían perdido al no poderse ejecutar en caso de prórroga presupuestaria.

Todo empezó hace medio año, cuando el Gobierno de Aragón demoró la presentación pública del proyecto sabedora de que Podemos no iba a apoyar unas cuentas por sentise completamente traicionado por el PSOE y por elpresidente, Javier Lambán, en el cumplimiento del presupuesto anterior y por su apuesta decidida en la abstención de su partido en el Congreso para facilitar el Gobierno del PP.

Asimismo, pidieron el cese del consejero de Hacienda, del que tampoco se fiaban, una condición que fue rechazada de plano por Lambán. Se creó un grupo de trabajo que no dio ningún resultado, a pesar de que se intercambiaron cinco puntos de acuerdo que recibió respuesta del PSOE pero esta no fue del gusto de Podemos, que planteaba un incremento de 135 millones de euros en cinco puntos para fomentar el empleo. «El Gobierno sigue sin entender que lo que le reclaman los nuevos tiempos es honestidad, humildad, valentía y compromiso. Hay medidas de las que plantea Podemos que suponen un cambio a mejor para la gente humilde. También nos dijeron que la reforma fiscal que planteábamos era inviable, y el hecho es que ha supuesto una mejora sin precedentes de la recaudación de la DGA», indicaba Podemos tras rechazar la contraoferta del PSOE, a principios de enero. Pero el proyecto de ley seguía sin conocerse, y los nervios crecían en el Gobierno, pues hubo momentos en que se pensó que finalmente la única alternativa sería la prórroga de las cuentas del 2016, con el bloqueo que eso conlleva.

Finalmente, el Gobierno presentó el 27 de enero las líneas maestras de las cuentas. Información insuficiente para Podemos, que criticó que todo el trabajo realizado por el Gobierno fuera « un power point». Todo esto ocurría con los dos partidos inmersos en sus respectivos procesos internos, de renovación de cargos en el caso de Podemos, con Echenique revalidando su posición preferente en la dirección estatal, y con el PSOE en una grave crisis y un proceso previo a las primarias.

Tras un intenso debate en Podemos, se decide ceder en parte al ver que en otros puntos el Gobierno ha accedido a incluir otros puntos de su programa. Desde entonces, y a pesar de las reticencias, el discurso de la formación morada ha ido tornándose partidario de apoyar un presupuesto que, si bien no es del todo de su agrado, es el mal menor. Algo que ayer, por fin, refrendaron sus bases.