En un momento en que las economías familiares no están precisamente para echar cohetes y en que se acaba de confirmar que las becas para material escolar se reducen nuevamente (y el recorte suma ya un 80% en dos años), los padres empiezan a pensar con preocupación en la próxima vuelta al cole. Faltan todavía nueve meses, sí, pero se sabe ya que los niños que en septiembre empiecen primero, tercero y quinto de primaria y los que se estrenen en la nueva formación profesional (FP) básica van a tener que renovar, por completo, el contenido de sus mochilas.

La entrada en vigor de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) obliga a cambiar, al menos este primer año, todos los libros de texto, entre otras cosas, porque habrá asignaturas completamente nuevas, y segundo, porque hay materias que cambian de enfoque. Las editoriales están esperando a que se aprueben definitivamente los contenidos para ponerse a elaborar los nuevos materiales.

No solo se tendrán que cambiar todos los manuales, sino que estos serán, con toda probabilidad, algo más caros. Los editores de libros, que insisten en que no saben si habrá mucha variación, han dejado ya caer que tratarán de aplicar precios de contención, después de que el año pasado el importe aumentó, de media, el 1,1%.

200.000 EUROS EL LIBRO

"Las empresas editoriales están arriesgando mucha inversión, tratando de acertar con los nuevos modelos de libros, que con la reforma obligan a incorporar ejercicios para desarrollar las competencias", explica José Moyano, presidente de la Asociación de Editores de Libros de Texto y Material de Enseñanza (Anele). A eso se suma la incertidumbre, agrega el editor, "de no saber aún cuál será el planteamiento definitivo, ya que se calcula que el decreto sobre las enseñanzas mínimas no se dará a conocer hasta al menos dentro de un mes", indica.

"CAMBIOS INNECESARIOS"

Para Jesús María Sánchez, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), el responsable de la situación es el Ministerio de Educación, por lo que "a él debe corresponder correr con los gastos". "El Gobierno ha acometido unos cambios innecesarios y, por ello debería asumir su coste", sostiene.

Además, "la crisis ha dado alas a la reutilización, ya no solo entre hermanos, como ocurría antes, sino también entre amigos y vecinos. Es, sin duda, una tendencia al alza", corrobora Rubén Sánchez, portavoz de la organización de defensa de los consumidores Facua.

La paradoja es que la LOMCE, que también hace una apuesta en firme por el reciclaje y la reutilización de los libros de texto, anima asimismo al uso de materiales digitales, una medida que, de paso, permitirá acercar a los alumnos al uso de las nuevas tecnologías, en un momento en que se ha cortado el grifo a las ayudas a la introducción de ordenadores en las aulas.

El Ministerio de Educación ha reducido la aportación para libros de texto que distribuye anualmente un 30% para este año, pasando de 539.512 euros en el 2012 a 377.561 este año. A pesar de ellos, los recortes han sido mayores en otras comunidades, como en Asturias y en Extremadura, donde el recorte ha llegado a ser del 40%.