Rodeada de camas y sillas de ruedas, la hija de Diego observa a su padre, aquejado de problemas de corazón y pulmón, y que, tendido en una cama, espera a ser ingresado. "Está mal y llevamos aquí desde hace seis horas, pero toca esperar", dice. También José acumula ya más de cuatro horas en la sala anexa al box junto a su mujer, que sufre un problema digestivo. "Nos dicen que va para largo porque faltan camas", indica resignado. Mientras, el personal rogaba "paciencia".