--El programa del PSOE incluía suprimir la duplicidad de algunos profesionales de la sanidad pública que también trabajan en la privada. ¿A quién afectará?

--Ya dijimos que íbamos a aplicar la incompatibilidad entre responsables de unidad o jefes de servicio y la sanidad privada. En la ley de acompañamiento aplicada el año pasado por el PP se permitió a los jefes de servicio entrar en la privada, a la que yo respeto y en la que tengo compañeros y amigos, pero creo que un jefe de servicio tiene que distribuir recursos y eso es difícil que se pueda compatibilizar con la privada. Los ciudadanos exigen transparencia y creo que un jefe de Cardiología debe dedicarse exclusivamente a eso y no a la privada porque da mala imagen.

--¿Asume que esa medida provocará críticas?

--Pero la mayoría de profesionales y ciudadanos lo verá bien. Asumo que causará malestar, pero por honradez y transparencia hay que hacerlo así.

--Salud mental y Atención Primaria son los campos que desea abordar primero. ¿Por qué?

--Nuestras líneas estratégicas son equidad, participación y sostenibilidad. La primera pasa por la sanidad universal y acometer rápidamente que nadie quede excluido del sistema. Además, uno de los problemas más graves que tenemos es la falta de camas para enfermos psiquiátricos agudos, lo que está provocando un espectáculo impropio de este siglo en Urgencias. Me preocupa, asimismo, el desalojo por hundimiento de un pabellón del Psiquiátrico y el realojo de internos en dispositivos que no sé si cumplen las garantías necesarias. Y en cuanto a la Atención Primaria, siempre se ha dicho que se va a potenciar pero nunca se ve reflejado en los presupuestos. Yo tengo la firme convicción de que tiene que ser la base de todo. Sé que al ciudadano le gusta acudir al hospital y ahí le hacen pruebas y se siente más seguro, pero la labor de dónde enviar a cada paciente la debe asumir el médico de Primaria.

--¿Se va a paralizar la centralización de las unidades de salud mental de los barrios?

--Sí. De hecho, creo que está paralizado hace tiempo porque el Gobierno anterior se dio cuenta de que no era buena idea. Había razones económicas y organizativas. Sacar a un paciente así de su entorno me parece una auténtica barbaridad. Solo coger el tranvía para ir a Valdespartera les suponía inquietud y un gran desasosiego.

--¿Cuál es el planteamiento para paliar los continuos episodios de saturación en Urgencias del Servet?

--El actual gerente --Ángel Sanz-- me ha presentado un plan, pero hay muchos factores. Los servicios de Urgencia se han convertido en un elemento de atracción para el ciudadano. Se han cometido algunos errores, como el cierre de centros de Atención Continuada que pretendía que los pacientes acudieran al hospital Provincial pero me temo que no se ha logrado.

--¿Esa decisión es reversible?

--Puede serlo. Lo plantearemos. Siguiendo con la problemática de Urgencias, por ahorrarnos un dinero en ambulancias, la salida de enfermos del hospital se deja para última hora de la tarde y eso hace que no se rebaje la afluencia. Habrá que poner más recursos y organizarlos de forma más adecuada. Quizá haya que cambiar la forma de trabajar y analizar el papel de los residentes, una figura intermedia que a veces se utiliza de forma inadecuada.

--¿Cuándo se van a construir los hospitales de Alcañiz y Teruel?

--Estamos en una fase de impasse con el de Alcañiz y tengo a mi equipo trabajando para tomar una decisión rápidamente. El presidente se comprometió a que ambos iban a ser financiados con dinero público y así será. Pero nos corre prisa resolver este parón administrativo para que no haya reclamaciones de las empresas que nos cuesten dinero. La secretaría general técnica está valorando este tema y esperamos que pronto podamos plantear una solución al consejero de Hacienda.

--¿Está de acuerdo con algún tipo de copago?

--No. Todo lo que dependa de la comunidad hay que quitarlo, pero poco a poco, y convertir el de farmacia en algo más racional, dándole la vuelta para que sea más justo.