Competir con París, Londres o cualquiera de las grandes capitales es obvio que es una quimera para una ciudad como Zaragoza alejada de los grandes polos turísticos pero en cuanto a oferta cultural, la realidad es que la capital aragonesa pasa, con respecto a su infraestructura museística, por el mejor momento de su historia.

A la siempre atractiva ruta romana (compuesta por el teatro, el foro, el puerto y las termas) que en el 2017 atrajo a 145.001 visitantes (48.104, 44.894, 26.815 y 25.188, respectivamente) hay que añadir el impulso que produjo para la ciudad la apertura del CaixaForum, la ampliación del Pablo Serrano que pasó a convertirse en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos, y la remodelación del Camón Aznar que se convirtió en el Museo Ibercaja Goya. Este hecho se ha traducido en que, de hecho, estos centros son de los más visitados de la comunidad. Por el CaixaForum pasaron en el 2017 un total de 213.793 visitantes, por el Ibercaja Goya cerca de 80.000 y por el IAACC Pablo Serrano alrededor de 55.000. Bien es cierto que tanto el CaixaForum como el Pablo Serrano presentan un matiz y es que son centros que, además de las exposiciones correspondientes, también programan otra serie de actividades cuyos asistentes están incluidos en esas cifras.

Aún así, es más que evidente que el CaixaForum y sus magnas exposiciones (músculo que puede desarrollar gracias a su extensa red de centros por toda España que le permite traer obras de primer nivel en una especie de tour) se han convertido en el principal polo de atracción de la vida museística de Zaragoza.

El Museo de Zaragoza, también propiedad del Gobierno de Aragón, se encuentra entre los más visitados de las tres provincias aragonesas ya que por su sede de la plaza de los Sitios pasaron 48.424 personas en el 2017 mientras que, entre todas sus sedes, acumuló 51.520.

Además, también en la capital aragonesa, el Pablo Gargallo, ubicado en la plaza San Felipe, congregó a 24.642 visitantes mientras que el Palacio de Sástago (que estuvo en obras hasta el mes de octubre) a 37.000 son su única exposición, Dicen que hay tierras al este y el Cuarto Espacio a 6.000.

Mención especial merecen también las cifras que alcanzaron en el mismo periodo el Museo de Huesca y el de Teruel (este gestionado por la Diputación Provincial de Teruel) con 44.555 y 39.853, respectivamente, ambos presentando cifras en constante crecimiento desde hace unos años.

Y, entre esa extensa red de museos aragoneses, está el CDAN de Huesca (en pleno proceso de qué hacer con los terrenos cedidos tras la muerte hace un año de José Beulas) que no acaba de repuntar y, después de todos los problemas económicos con los que ha contado, apenas recibió 3.000 visitantes en el 2017. El museo Juan Cabré de Calaceite atrajo a 6.200 personas mientras que el Salvador Victoria de Mora de Rubielos a 1.196.

Gestionados ambos por la Diputación Provincial de Zaragoza, la sala del monasterio de Veruela fue visitado por 20.000 personas y el Centro de Arte y Exposiciones de Ejea, de reciente creación tras un largo proyecto, por 5.500.

En definitiva, los museos aragoneses recibieron alrededor de 700.000 visitas en el 2017, un público potencial que si bien es cierto que va creciendo está muy lejos de poder hacer cualquiera de los centros de la comunidad uno de los más visitados del mundo.