Las movilizaciones del Primero de Mayo en Zaragoza congregaron ayer a una amalgama de colectivos y grupos de trabajadores, cada uno con sus batallas particulares. Las mareas de manifestantes portaron pancartas de todo tipo contra los despidos de algunas empresas, por la defensa de los servicios públicos o en rechazo de los recortes en pensiones, entre otras demandas. El ambiente festivo y el buen tiempo animaron la jornada, más numerosa que en los últimos años.

No faltaron las habituales consignas (Empleo precario para el empresario, Rajoy, escucha estamos en la lucha o Más educación, menos corrupción) y un colorido desfile de banderas. Pero si hay un colectivo que se dejó ver en la manifestación principal celebra en Zaragoza fue el de los trabajadores de Ibercaja, ya que esta entidad vive el conflicto laboral más candente que se libra hoy en Aragón, a cuenta de su enésimo ERE. «No a los despidos de Ibercaja», rezaba la pancarta tras la que marcharon un nutrido grupo de empleados. «Que la gente sepa que no somos unos privilegiados. La plantilla va a sufrir despidos puros y duros», se lamentaba Ricardo Mateo, trabajador del banco.

También fue muy visible la protesta de los trabajadores de Telefónica Servicios Audiovisuales (TSA), que reclaman mejoras laborales. Los jubilados tuvieron igualmente una gran presencia en la manifestación. «La defensa del sistema público de pensiones es clave en estos momentos. Hay que defenderlo», apuntaba Tomás Yago, sindicalista de UGT.

La presencia de políticos de los partidos de izquierdas es otro clásico de estas manifestaciones. En la marcha de UGT y CCOO hubo un gran número de dirigentes del PSOE (como Pilar Alegría y Javier Sada, aunque Javier Lambán esta vez se ausentó), CHA (Miguel Jaime) e IU (Álvaro Sanz). La gran novedad fue la asistencia de Ciudadanos (Susana Gaspar), mientras que Podemos se volcó en la marcha alternativa de CGT y OSTA.