Era lógico que el goteo de casos de corrupción y evasión fiscal no se detuviera tras las elecciones generales del pasado 20 de diciembre y, a veces, la lógica se cumple. Tres son los casos que han centrado la atención mediática durante estos cuatro meses y que, seguro, van a servir de munición a los partidos para la próxima campaña electoral del 26-J.

'IMELSA' Y 'TAULA'

La corrupción del PP en Valencia suma ya varios tomos y, por tanto, en este 2016 había poco margen de sorpresa. A no ser que se tratara de la amiga personal de Mariano Rajoy y lideresa omnipotente y omnipresente del partido en la comunidad levantina: Rita Barberá.

El pasado 26 de enero, una operación policial en el marco del caso Imelsa se saldó con la detención de 24 personas, entre ellas Alfonso Rus, expresidente de la Diputación de Valencia. Y también varios colaboradores de Rita Barberá. Al día siguiente, el propio Rajoy salió al quite de lo que ya empezaban a ser acusaciones formales sobre la gestión de la alcaldesa: "Rita Barberá está limpia", aseguró.

Una semana después, Barberá aseveró en un comunicado que "ningún contrato del Ayuntamiento de Valencia se ha amañado, ni ha habido desvío a financiación ilegal". Y es que, en lo que se conoce como caso Taula, una separata del caso Imelsa centrada en el consistorio valenciano, se atribuye a Barberá una trama de blanqueo de dinero. Tuvieron que empezar los trámites para su imputación --en tanto que senadora está aforada-- y un segundo espaldarazo de Rajoy, eso sí, esta vez no tan vehemente, para que la alcaldesa se atreviera a afrontar a la prensa. Y lo hizo en un tono encendido.

A mediados de marzo, el juez afirmó que existían "indicios racionales" de que la exalcaldesa había participado en el blanqueo de capitales. El magistrado le ofreció declarar voluntariamente e imputó al PP de la comunidad. El caso es que días después se personó en la causa con su sobrina como abogada. Hace una semana, el juez del caso Imelsa solicitó al Supremo que imputara a la exalcaldesa. Súmese a esta petición otra más: ese mismo día, llegó otro requerimiento, esta vez, por incumplir la ley de la memoria histórica.

LOS 'PAPELES DE PANAMÁ'

A la estela de lo hecho en su día por Edward Snowden y Julian Assange, un consorcio de medios y periodistas internacionales empezaron a liberar a cuentagotas los más de dos terabytes de información obtenidos de los archivos de una firma de abogados panameña especializada en la creación de sociedades pantalla, es decir, empresas fantasma en las que aparecen como responsables personas que no son las que realmente están detrás. Son los papeles de Panamá que han causado la dimisión del primer ministro islandés y, sin ir más lejos, la del ministro de Industria en funciones español, José Manuel Soria.

El 11 de abril saltó la sorpresa. Las informaciones señalaron a Soria como administrador junto a su hermano de la empresa UK Lines Limited, radicada en las Bahamas. Lo negó "rotundamente" y aseveró que no tenía ni idea de por qué su nombre aparecía en los papeles de Panamá. Al día siguiente ya reconoció que su padre había sido socio de la firma británica hasta su fallecimiento. En el registro mercantil de Londres, como en Bahamas, Soria aparecía como administrador. El mismo error dos veces. Al tercer día se supo que el nombramiento de José Manuel Soria como administrador de UK Lines, es decir, ese cargo para el que defendía no haber sido designado nunca, llevaba su firma. Y al cuarto se conocieron documentos corporativos donde el abajo firmante era él mismo.

Y Soria dimitió dejando, hasta el momento, en siete los escándalos (y decenas los imputados) de un erosionado PP desde el 20-D.

MANOS LIMPIAS

El tercer gran escándalo no implica a ningún partido, sino al gran animador de las causas judiciales, el sindicato de funcionarios Manos Limpias. El caso de Manos Limpias y de la Asociación de Usuarios de Banca (Ausbanc) ha revelado una poderosa trama de extorsión vinculada con la justicia y que tenía, en el fondo, una forma muy sencilla de operar.

Manos Limpias interponía demandas por doquier, por ejemplo en el caso Noós contra la infanta Cristina, y luego exigía un pago por retirarlas. El cobro se realizaba mediante la contratación de publicidad en la revista interna de Ausbanc. A cambio, en la publicación no se cebaban con las entidades bancarias sumisas. El pastel se descubrió cuando varios de estos bancos se negaron a ceder al chantaje.

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz decretó la prisión incondicional y sin fianza para los máximos responsables de Manos Limpias y Ausbanc, Miguel Bernad y Luis Pineda. Manos Limpias, que se presentaba como un sindicato anticorrupción y antiindependentista, se ha personado en casos como el de los ERE de Andalucía, además del mencionado caso Nóos y el caso contra la familia Pujol (el único que ha abandonado, de momento).

Además, el pseudosindicato ha interpuesto demandas de lo más curiosas como una contra Los Lunnis por mostrar una boda homosexual y otra contra Samuel Etoo por entonar, cuando era jugador del Barça, cánticos ofensivos contra el Madrid.