El número de propuestas del equipo de Pedro Sánchez tumbadas por los delegados del congreso del PSOE fue cero. No hubo ninguna sorpresa. El secretario general logró aprobar todas las medidas importantes de su proyecto, incluidas las más polémicas, como la plurinacionalidad. Aquí, más allá del apartado territorial, algunas de las más relevantes.

EL RELATO

En un principio, Sánchez quería que el partido condenase tanto la actuación de la gestora que le sustituyó en octubre como la abstención ante Mariano Rajoy, pero al final optó por un relato sobre las derrotas electorales mucho más aséptico. «Agua pasada no mueve molinos. Hemos querido mirar al futuro, para que todo el partido pueda sentirse reflejado», explica el nuevo secretario de Estudios y Programas, José Félix Tezanos.

Aun así, el proyecto argumenta que los «logros» de los anteriores gobiernos socialistas están «agotados». «Los años trascurridos desde la crisis del 2008 y la acomodación a las políticas de austeridad impuestas desde el neoliberalismo son la evidencia más palpable de que la mera inercia de una postura socialdemócrata no adaptada al siglo XXI, basada en la simple resistencia, se agota y se limita en sí misma. Por ello se hace necesario un nuevo pensamiento político y un enfoque económico y social alternativo».

LA PARTE ORGÁNICA

Las principales novedades del proyecto tienen casi todas que ver con el modelo de partido. Se trata de dar más poder a las bases, que ahora serán las únicas legitimadas para destituir a un secretario general y decidirán sobre la posición de un partido tras las elecciones. Con el nuevo esquema, la polémica abstención ante el PP debería haber sido aprobada en una consulta interna. «Se trata de avanzar en el concepto de nueva ciudadanía».

«El inicio del proceso de revocación o censura de un secretario general requerirá ser motivado y acordado, mediante votación secreta, por un mínimo del 51% de votos del comité federal (…). La remoción deberá ser aprobada por la militancia en una consulta que deberá celebrarse en el plazo de un mes desde el acuerdo del comité federal», prescribe el nuevo proyecto, cerrando la puerta a lo que pasó el pasado otoño, cuando más de la mitad de los miembros de la ejecutiva de Sánchez dimitieron para forzar su caída.

VIENTRES DE ALQUILER

Uno de los escasos temas espinosos tenía que ver con la gestación subrogada. El PSOE siempre se ha mostrado contrario a esta práctica, pero esta vez tanto las Juventudes Socialistas como una parte del sector LGTBI propusieron legalizarla en su vertiente altruista, en la que en teoría no puede haber beneficio económico para la mujer gestante. Se trata de una iniciativa similar a la que llevó Ciudadanos en su programa electoral, y el debate fue intenso en la comisión que abordó este asunto, pero tanto Sánchez como la mayoría del partido no comparten la legalización de los llamados vientres de alquiler. La resolución final: «Los vientres de alquiler suponen una mercantilización de las mujeres. El PSOE no puede abrazar ninguna práctica que pretenda socavar los derechos de mujeres ni de niñas ni apuntalar la feminización de la pobreza».