Mientras Antonio Hernando trataba de argumentar en el Congreso la abstención del PSOE, Susana Díaz, figura clave en la caída de Pedro Sánchez y en el viraje socialista para facilitar la investidura a Mariano Rajoy, dedicaba la mañana a mantener reuniones relacionadas con su cargo de presidenta de la Junta de Andalucía. Aunque no asistió al acto protocolario, Díaz estuvo pendiente de la firma del acuerdo que su Ejecutivo firmó al mediodía con Ciudadanos para garantizarse los presupuestos del 2017. La agenda pública de la presidenta andaluza solo ha incluido esta semana un acto en Ílora (Granada) el miércoles: la inauguración de un centro de salud. Ese día se limitó a expresar su confianza en que los diputados socialistas que mantienen el no a Rajoy actuarán «con responsabilidad» y acabarán absteniéndose. J. CAMACHO