Miles de personas se volcaron ayer en la protesta conjunta realizada en el centro de Zaragoza para reivindicar el derecho básico de acceso a los servicios públicos esenciales que consideran que se están viendo amenazados por los recortes que se han empezado a aplicar desde el Gobierno central y autonómico. Más de 3.000 voces (2.000 según la Policía Nacional) reclamando una rectificación inmediata en unas políticas de ajuste que amenazan "derechos adquiridos durante más de un siglo". En defensa de la educación, la sanidad, los servicios sociales, los derechos laborales y apuntando directamente a quienes toman decisiones, desde la glorieta Sasera de la capital aragonesa hasta la plaza del Pilar, un enclave habitual en los últimos meses.

Bajo un calor todavía importante a pesar de estar avanzada la tarde y en las horas previas de la noche más corta del año, nadie se olvidó de la tradición y al grito de "los que nos quitan el pan, a la hoguera de San Juan" fueron avanzando en masa con un mensaje claro que encabezaba la marea multicolor: "En defensa de lo público. ¡No al rescate!". Directo, alto y claro.

El verde del sector educativo, el naranja de los servicios sociales, el blanco que representaba ayer al ámbito sanitario, o el negro que estaba en la mente de todos recordando a la minería turolense o al futuro que muchos ya auguran para todos los sectores con la reforma laboral recientemente aprobada por el futuro de Rajoy. Todos los colores y mensajes estaban sobre el tablero. o, mejor dicho, a pie de calle.

No fue tan multitudinaria como en otras ocasiones, pero los gritos eran los mismos que desde hace meses. "Gratuita y universal, para todos por igual", decían algunos; "Así, así, ni un paso atrás, contra los recortes, huelga general", gritaban otros.

PANCARTAS O lo que rezaban las múltiples pancartas en el marea que solo reclamaba a los dirigentes que les dejen de marear. "La educación no se vende, se defiende", "no es una crisis, es una estafa" o "no paguéis la deuda con nuestro futuro" eran algunos de estos mensajes tras los que se encontraban trabajadores, usuarios, sindicatos o políticos que se han puesto de parte de esta reivindicación.

PIERDE FUELLE Algunos de estos manifestantes han participado previamente en encierros en centros educativos, "y los seguiremos haciendo hasta que nos escuchen", advertían, o en otras protestas sectoriales, de las muchas que se han dado en los últimos meses. O las que se dieron de forma generalizada cada vez que se aprobaban reformas como la laboral, en las que hubo más voces.

La sensación transmitida ayer en la marcha era que esta marea de gente parece estar perdiendo fuelle, quizá por la reiteración de convocatorias o porque no era el mejor día para que se produjera. Aunque la intensidad es