Instituciones y ciudadanos de Aragón se echaron ayer a la calle para guardar un minuto de silencio por las víctimas del avión de Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses el martes, y entre las que se encontraban cinco aragoneses. El Gobierno de Aragón, las Cortes, las diputaciones provinciales, los ayuntamientos de Zaragoza, Huesca y Teruel, subdelegaciones del Gobierno y todas las sedes judiciales salieron a la puerta de sus sedes para honrar a los fallecidos, por quienes todas las banderas de la comunidad están a media hasta y con crespones negros.

El delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, ofreció todo el apoyo de la institución a las familias, al igual que la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, quien presidió el acto a las puertas del edificio Pignatelli.

En Jaca, de donde era Marina Bandrés, quien viajaba con su bebé se concentraron unas 250 personas. En Urrea de Gaén, donde tenían su segunda residencia los hermanos Eusebio y Víctor Segundo Martín, reunió a un centenar de vecinos. En Huesca, la corporación también salió a la puerta del edificio consistorial, donde la alcaldesa Ana Alós expresó su consternación.

Igual ocurrió en Épila, donde Eduardo Ruiz Calatayud, fallecido en el accidente, dirigía la empresa Gerresheimer. Todos los empleados se concentraron en la puerta, junto a una nutrida delegación de la corporación que preside Martín Llanas.

En la capital aragonesa, el vicealcalde Fernando Gimeno presidió la concentración de homenaje junto a concejales de todos los grupos municipales. Una escena que se repitió también en otros ayuntamientos, como el de Ejea o Alcañiz, y en las sedes de la Ciudad de la Justicia.

Gustavo Alcalde se mostró dispuesto a ayudar "en todo" lo que pueda y a organizar los actos que haga falta, si bien, preguntado por la posibilidad de un funeral, señaló que "es competencia de la presidenta de Aragón".