La historia deviene en mito. Y el mito en leyenda. Por lo que la respuesta es inmediata --y prácticamente similar-- cuando a cualquier niño aragonés se le pregunta acerca de quién fue y qué hizo san Jorge. "Un caballero que venció a un dragón para ayudar a una princesa".

La frase de Diego, un chaval de 7 años que añade con ímpetu que en el colegio ha pintado esta semana la figura del patrón de Aragón con acuarela, contrasta con la de su padre Julián Sanz, de 38 años. Él, más allá de la narración de su hijo, representa el orgullo de sentir la tierra. "Nací en un pueblo de Teruel, en Mirambel, y siempre me he sentido muy aragonés. Un día como hoy es para salir a la calle y reivindicar nuestra historia", apuntó.

Juntos asistieron ayer al acto celebrado por Chunta Aragonesista en la plaza Aragón, en Zaragoza, donde se rindió homenaje a la bandera. Un evento que congregó a numerosos ciudadanos que, móvil en mano, no quisieron dejar pasar la oportunidad de fotografiar la enseña de Aragón confeccionada por un manto natural de claveles amarillos y rojos. "Es precioso y con el buen día que hace todavía luce más", decía una zaragozana. Sin embargo, el manto floral, creado por la Asociación de Empresarios Floristas de Aragón, volvió a verse afectado por la crisis. Y es que lejos quedan aquellos 40 metros de bandera de hace algunos años. Ayer, tan solo 12 metros escenificaron la imagen.

El sonido matutino en la plaza Aragón corrió a cargo de varios dulzaineros que amenizaron el ambiente con canciones autonómicas, como la conocida 15 de agosto, que hizo arrancarse a cantar a más de uno rememorando las fiestas de los pueblos de Aragón.

Unos metros más allá, en el paseo Independencia --repleto de numerosas librerías de Zaragoza que sacaron su stand a la calle con motivo del Día del Libro -- tampoco faltaron las camisetas reivindicativas. Incluso hubo alguno que se dejó ver por el centro con la elástica de la selección aragonesa de fútbol.

Símbolo autonómico

Cualquier guiño autonómico fue bueno ayer para mostrarlo en la calle. "Cuando me fui de Erasmus a Bruselas me llevé la bandera de Aragón. Es un símbolo que me hace sentirme orgulloso y me gusta que la gente sepa de dónde vengo", explicó Juan Ramón Lahílla, un joven de 27 años que consideró la festividad de ayer como "la mejor ocasión para enseñarnos" al resto del país. "Nos ponen de cazurros y de cabezones, pero tenemos buen corazón y somos muy buena gente", añadió.

Las actividades no solo estuvieron en el centro de Zaragoza. Los más pequeños disfrutaron de diversas actividades infantiles en el Parque del Agua, mientras que la Federación Interpeñas ofreció, en el Parque Torreramona, el lanzón gigante de san Jorge, con más de 6.000 raciones repartidas entre los peñistas presentes. La jornada festiva la cerró la música del grupo Tachenco en la plaza del Pilar.