El plan director para la reforma del Mercado Central permitirá modernizar las instalaciones sin que se pierda su identidad y utilidad de abasto. Esta condición era una en las que la asociación de detallistas más interesada estaba en que se mantuviese tras la rehabilitación del edificio. Las obras comenzarán en el 2018, una vez que se haya perfilado el proyecto con la intervención exacta y la adjudicación de los puestos, y tendrán un coste total de 9.577.903 euros.

La rehabilitación del edificio pretende adaptarlo a las condiciones actuales de higiene, climatización y seguridad vigentes para los próximos 50 años. La intención es que no se tenga que intervenir en él de nuevo hasta entonces salvo por alguna pequeña revisión. El plan está enfocado en crear un distrito mercado para potenciar el Casco Histórico con la modernización de servicios y así crear redes colaboración que puedan cubrir servicios como la compra por internet. Respecto al empleo, se estima que el nuevo edificio podrá concentrar casi 450 puestos de trabajo directos.

Cuatro ejes de trabajo

Para alcanzar el coste previsto de la actuación del edificio, los detallistas aportarán una media de 50.000 euros por cada puesto, sumando un total de 4,4 millones de euros. Asimismo, los minoristas también aportarán un canon de alrededor de 225 euros al mes en el que se incluirán los gastos de limpieza y de seguridad. Esta aportación mensual se realizará durante 50 años hasta alcanzar los 3.185.000 euros, cantidad que recuperará el consistorio. Por último, la última parte del la inversión la asumirá el ayuntamiento con 1.700.000 euros a fondo perdido.

La rehabilitación del Mercado Central está enfocada en cuatro ejes de trabajo. Los objetivos que persigue son: impulsar la regeneración urbana de la zona; conseguir la reactivación económica del distrito porque el mercado siga funcionando como tal y fomente el comercio de proximidad; la recuperación arquitectónica del edificio, porque se encuentra poco visible a la ciudad; y la introducción de nuevos servicios y actividades para atraer clientes al mercado.

Las obras tienen una duración estimada de doce meses, durante los cuales los minoristas se trasladarán a una carpa provisional climatizada que se situará adyacente al mercado, en la calle peatonal de la fachada este. Mediante esta solución, los comerciantes podrán continuar utilizando los almacenes y las cámaras frigoríficas del sótano del Mercado Central y darán servicio de abasto a todos sus clientes habituales en la misma zona para evitar que dejen de acudir al barrio.

El número de puestos se reducirá, y pasará a ser entre 76 y 88, con una extensión de cuatro o cinco metros cada uno. Esta decisión, es bien acogida entre los comerciantes, ya que han observado como su número se ha ido reduciendo con el paso del tiempo. «La reducción ya se está viendo de forma natural. Hay gente que ha dejado sus negocios y la causa principal han sido las jubilaciones», apuntó el presidente de la asociación de detallistas del Mercado Central de Zaragoza, José Carlos Gran.

Punto de encuentro social / Aunque la mayoría de puestos serán para uso tradicional, el ayuntamiento conservará algunos de ellos de uso público para introducir nuevos servicios o actividades que enriquezcan la oferta del conjunto y otros se dedicarán a la hostelería como bar gastronómico. Todavía no se conocen las adjudicaciones exactas puesto que es un dato que se decidirá a lo largo del año en consenso por parte del consistorio y de la asociación de detallistas.

El nuevo enfoque que tomará el Mercado Central pretende convertirlo en un punto de encuentro social en torno a la alimentación y el consumo responsable. De este modo, aunque se priorizará el horario de apertura tradicional, también se ampliará para los usos locales de restauración o de realización de eventos de carácter social y cultural.

El teniente de alcalde de Urbanismo del ayuntamiento, Pablo Muñoz, insistió en el hecho de que el plan director no está cerrado, sino que tiene unas horquillas que son variables y que se podrán adaptar a la mejor solución consensuada. «El futuro es la concesión logística y la venta online. Aportar lo necesario para que el mercado evolucione en este tiempo. Así seguirá siendo lo que es pero renovado», añadió el concejal. Se ha apostado por un modelo de gestión directa en la que lo público tenga una gran importancia.