Aragón está en disposición de alcanzar el pleno empleo al término de tres años, es decir, a finales del 2020. Es el optimista mensaje que lanzó ayer el ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, durante su visita a Zaragoza, donde auguró que al ritmo de crecimiento actual, la comunidad regresará a los niveles de paro que tenía antes de la crisis. En el 2007 llegó a encontrarse por debajo del 5%, lo que se considera pleno empleo desde un punto de vista técnico. Esto significaría reducir a la mitad la tasa del desempleo que tiene en estos momentos, situada en el 10,5%, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre del 2017. Ahora bien, matizó que para que se cumpla esta previsión deben despejarse algunos problemas, principalmente la crisis institucional y política de la vecina Cataluña.

Montoro hizo estas declaraciones a los medios de comunicación a su llegada al Palacio Larrinaga de Ibercaja, donde se reunió con el Consejo Empresarial de CEOE Aragón para conocer de primera mano la realidad económica y laboral de las grandes compañías de la región.

«Aragón está teniendo un desempeño económico fundamental en clave de recuperación», afirmó el máximo responsable de la Hacienda española. Gracias a esta velocidad de crucero, estimó que en tres años «podemos superar las peores consecuencias de esta crisis, que ha sido muy larga y ha estado también en la raíz de los problemas políticos que está teniendo España». Entre estas dificultades hizo especial hincapié en la «pretendida independencia de Cataluña».

«Estamos comprobando que las formaciones independentistas lo que han pretendido es impedir la recuperación económica y la creación de empleo en Cataluña y en el conjunto de España», afirmó. Al mismo tiempo, lanzó duras críticas a esas fuerzas políticas por «haber engañado a la gente en relación con las posibilidades reales de esa independencia». «Han ocultado -agregó- cuáles serían sus consecuencias y que no estaban en condiciones de desarrollarla porque no tenían estructuras de Estado y de hacienda pública propia».

El 21-D, una «oportunidad» / Dicho esto, el ministro vio factible que se reconduzca el desaguisado catalán y resarcir el «daño» causado a la economía con las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre (21-D), una cita que consideró «una gran oportunidad para volver a la normalidad». Si así ocurre, Montoro estimó que el país recuperará con «toda su fortaleza e intensidad» las previsiones de creación de empleo y crecimiento del 2018.

En este sentido, recordó que el Gobierno espera finalizar el actual ejercicio con más de 600.000 nuevos puestos de trabajo y un incremento del PIB por encima del 3%, mientras que el conjunto de las administraciones públicas se situarán «al borde de abandonar el procedimiento de déficit excesivo de la UE». «Debe ser un buen año y que esa mejora no se frustre por tentaciones de formaciones políticas que ya han demostrado suficientemente que no están por la recuperación económica».

Ataques a la izquierda / Precisamente en la reducción y el control de déficit público consideró que radica otra de las claves para consolidar el cambio de ciclo y el crecimiento, ya que contribuye a la confianza inversora y empresarial. En este punto, reprochó «a la izquierda» que quiera salirse del guión marcado por las leyes de estabilidad. «Vinieron a gastar sin freno, a promover más déficit y sin calibrar que la consecuencia es más paro y menor riqueza para todos», dijo en alusión a los denominados ayuntamientos del cambio, como el de Madrid, cuyas cuentas han sido intervenidas recientemente por el Ministerio de Hacienda.

A los municipios que reclaman una mayor capacidad de gasto les recordó que el Plan E del Ejecutivo de Zapatero lo que hizo fue «agudizar la crisis económica». «Este año los ayuntamientos pueden gastar más pero a algunos les gustaría gastar hasta el infinito y eso nos llevaría a estar fuera del euro», aseguró.

Para el Consejo Empresarial de CEOE Aragón, del que forman parte 21 grandes compañías de la comunidad (entre ellas, Opel, Saica, Pikolin, Samca o BSH), la reunión con Montoro sirvió para trasladar sus inquietudes sobre fiscalidad o cargas administrativas, así como problemas clave para Aragón como la despoblación.