Un 29 de junio de hace 10 años, llegó el primer iPhone a las tiendas en Estados Unidos. Fue el primer dispositivo que logró que se formaran colas desde horas antes en las tiendas de la operadora AT&T, que tenía la exclusiva de la distribución. Estaban esperando desde que el fundador de Apple, Steve Jobs, lo anunció en la Macworld Expo de enero del 2007, como un producto revolucionario que aunaba el móvil, la comunicación a través de internet y el reproductor de música digital. «La mayor revolución después del Mac», decía Apple, que esperaba vender entonces 10 millones de teléfonos en un año. No lo lograron por los problemas de producción y los plazos de entrega en el extranjero pero mejoraron el producto y la curva fue tal que en 10 años han vendido 1.000 millones de unidades y se ha convertido en el producto de consumo más exitoso de la historia.

En España, sin embargo, no se vio esa primera versión más que por los turistas y los que importaban quienes viajaban a EEUU y lo readaptaban para que funcionara con las redes europeas, hasta que acabaron pidiendo residencia. Telefónica lo lanzó con 2,5 en noviembre del 2007 en su filial del Reino Unido, O2, pero no lo sacó en España hasta la siguiente versión, la 3G, en julio del 2008, cuando ya corría por media Europa. Hubo las mismas colas que en la Quinta Avenida. Acababa de nacer la iPhonemania y el el móvil, que de repente incorporaba el correo, la música, el tiempo, la bolsa, los mapas, los sensores y las fotos, creció, se hizo smartphone y ya nadie volvió a usarlo solo para llamar.