Hoy hace ya dos años que la Operación Molinos, la amplia redada desatada por el juez de La Almunia y la Brigada de Blanqueo, desveló que lo que parecía un admirado ejemplo de benidormización de la estepa era en realidad un caso galopante de marbellización. La Policía halló la caries de la corrupción en La Muela, cuyo ayuntamiento ha pasado de ser mentado como ejemplo de gestión a no poder pagar las nóminas y ver cómo Endesa corta la luz en varios edificios municipales por no cubrir los recibos: de la pomposidad a la morosidad mientras medio equipo de gobierno de Mariví Pinilla recorre el calvario que lleva al banquillo.

La plantilla municipal no ha cobrado el sueldo de febrero cuando ya se ha ganado más de la mitad del de marzo. Ayer seguían sin fecha, aunque extraoficialmente les señalan el día 25, cuando el consistorio haya ingresado los alrededor de 300.000 euros que le renta anualmente el alquiler de suelo para aerogeneradores. En la lista de morosos hay también varios proveedores.

La alcaldesa Mariví Pinilla sigue dominando el pleno con el apoyo de seis concejales de su lista, aunque con un liderazgo mermado. En mayo del año pasado vió cómo la mitad de la candidatura que había encabezado en el 2007 renunciaba a gobernar con ella: tras dimitir su teniente de alcalde y responsable de Urbanismo, Miriam Fajardo, declinaron sustituirla los candidatos que ocupaban los puestos ocho a once --Eloy Rico, Antonio Mosquera, Santiago Albero y María Antonia Mateo-- y los dos primeros reservas --Raúl Sánchez y Jorge Manuel Laviña--, lo que puso el acta de concejal en manos de Carmen Caraballo, conocida por organizar cursos de risoterapia. Tras darle la espalda siete de sus trece secuaces --"quien sigue el partido, doctrina u opinión de otro"--, reforzó las competencias de los otros dos ediles imputados en la Operación Molinos: Juan Carlos Rodrigo Vela, en libertad bajo fianza como Pinilla; y Fernando Barba, encartado como sospechoso de haber falsificado en 26 ocasiones la firma del arquitecto municipal.

La situación económica del ayuntamiento de La Muela, en el que la portavoz del PP Marisol Aured capitaliza la oposición tras la renuncia de los dos ediles del PSOE, es asfixiante. Hace dos semanas, el pleno acordó prorrogar por segundo año consecutivo los presupuestos del 2009 y dio el visto bueno a unas cuentas anuales que añaden un déficit de tesorería de 8,1 millones a los 5,2 registrados en el ejercicio anterior: más de 2.600 euros por habitante en dos años. A esta situación se suma la pérdida de las ayudas del Plan E los dos últimos años, que habrían sumado 1.179.845 euros.

SIN BLANCA En ese panorama, el ayuntamiento acumula contratos sin adjudicar y subastas sin resolver --su perfil del contratante incluye ocho--, suma deudas e impagos a proveedores y va reduciendo servicios. La empresa que recoge la basura, Seula, señala en un burofax remitido a EL PERIÓDICO que el consistorio "nos adeuda bastante dinero en concepto de facturas impagadas, y esta sociedad, entendiendo que está prestando un servicio público a los vecinos, continúa recogiendo los residuos a pesar de la posibilidad legal de resolver el contrato".

Las sesiones de cine de la Casa de Cultura, que permitían ver películas por cuatro euros cada fin de semana, se terminaron. Y tardarán en volver, porque el edificio es uno de los ocho que se quedaron sin suministro el pasado 1 de marzo tras acumular el consistorio una deuda de 700.000 euros con Endesa, con quien negocia un acuerdo de pago que sigue sin cerrar. Tampoco hay luz en el Arco de Lucinda, la vieja fonda de la calle Mayor donde se impartían las clases de formación de adultos, la Casa de la Música y la nave del Camino de las Banqueras que hace las veces de almacén y taller municipal. El ayuntamiento ha colocado generadores en algunos locales afectados por los cortes. En otros hay luz sin que se oiga ningún motor.

En La Muela postoperación Molinos se viaja menos que antes de que llegara la Policía. El Expresso ya no sale cada hora y el último arranca a las cinco de la tarde, lo que merma notablemente su utilidad para estudiantes y trabajadores. Hace ya dos años que no se repiten las tournées por el Caribe ni la tercera edad se desplaza al Levante.

De la circunvalación no se ha vuelto a oír hablar desde la adjudicación provisional de su estudio mes y medio antes de la Operación Molinos, poco después de la cual quedó parada la ampliación del geriátrico. Tampoco se han vuelto a convocar las becas de 600 euros concedidas a 83 personas en el 2008 pero que no han cobrado todos ni del todo.