La fiesta de los peñistas en el parque de Torre Ramona aún lucían ayer en todo su esplendor por todos los rincones porque la huelga de los jardineros provocó que nadie se acercara a retirarlos. Los servicios mínimos decretados no llegaron para retirar las bolsas de basura que se amontonaban cerca de los contenedores o esparcidos por todo el recinto. Una imagen que no escapó a los vecinos de la zona, que lamentaban que tener que sufrir las consecuencias de estas protestas, aunque dicen entender a los trabajadores en su reivindicación.

Una mala imagen ver bolsas y restos de la fiesta por las explanadas, junto a los árboles, en medio de los estanques, donde también había algún contenedor flotando. Este parque era el que mayores consecuencias sufrió en la primera jornada de huelga aunque los trabajadores ya advirtieron de que esta imagen puede extenderse a otros parques si se mantiene durante muchos días, porque el mantenimiento se resentirá a pesar de los servicios mínimos.

Aún así, el comité de huelga vigila con lupa que la empresa no haga uso de trabajadores de otros servicios que también presta en la ciudad para cubrir las carencias de personal en estas zonas verdes. Algo que ayer por la mañana intuían que había podido pasar "por ejemplo con el parque de Miraflores", por la apariencia que este presentaba cuando hicieron la ronda de inspección para analizar el efecto que estaba teniendo la huelga.

Además, el rifirrafe con el servicio de limpieza urgente municipal que se produjo en las calles próximas a Torre Ramona alimentó estas sospechas. El comité de empresa aseguró haber "sorprendido in fraganti" a estos empleados retirando las pegatinas distribuidas por toda la ciudad para dar a conocer su lucha.

Mientras, desde el ayuntamiento aseguraron no tener constancia de que estos trabajadores estuvieran siendo requeridos para hacer el mantenimiento de los parques. Ni que se hubieran producido incidentes.