"Lo siento Black Friday, ya no eres tan especial". Con distintas versiones, con diferentes palabras, pero similar mensaje se repite estos días en Estados Unidos esta idea que abría ayer una crónica de negocios en NBC. Son todas variantes que resumen la transformación que los hábitos, las costumbres, la oferta y los medios de consumo han tenido en el día que, por obra y gracia de genios del márketing, se convirtió hace cuatro décadas en emblema del consumo.

El viernes después del jueves de Acción de Gracias sigue siendo un día clave, tanto para consumidores como para vendedores, pero analistas especializados como Joseph Feldman han dicho que sería más apropiado hablar ya de "Black November", porque las rebajas y promociones empiezan cada vez más temprano.

Si se miran los datos, además, no quedaría otra que rebajar la intensidad al gris: el año pasado, por ejemplo y según datos facilitados por MasterCard, en EEUU se vendió más el 23 de diciembre que en el viernes negro. Asimismo, en muchas cadenas el Black Friday se adelanta al jueves, el día de la reunión familiar por excelencia en EEUU, haciendo que la gente deje casi sin acabar el festín del pavo para irse a comprar.

La competencia de internet

Si algo ha hecho mella en el poder del invento, no obstante, ha sido la transformación tecnológica, tanto por la potencia del comercio on line como por la propagación de aparatos móviles que aportan sencillez y comodidad a la compra. Según una encuesta de Nielsen, un 50% de los estadounidenses piensan irse de tiendas a comprar este vier-

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