No sé podría entender el fútbol sin la figura del goleador. Es una posición totalmente endiosada. Raro es el niño que pide jugar de defensa central en el equipo de su colegio. Casi todo futbolista quería ponerse arriba e hincharse a marcar, porque celebrar el gol siempre es especial. El ariete habitúa a cristalizar todo el trabajo que hay detrás del equipo, casi siempre es el jugador que copa todas las miradas, puesto que el gol cada vez está más cotizado. Por eso, los ojos del mundo del fútbol mirarán con lupa el duelo de artillería pesada que poseen tanto Real Zaragoza como Huesca.

Vestido de blanquiazul estará Borja Iglesias; bajo la elástica azulgrana jugará Juan Camilo Hernández Suárez. Dos perfiles de futbolistas con estilos radicalmente opuestos. Uno de complexión robusta y matices de ariete clásico; el otro es pura travesura, el clásico chiquillo revoltoso en el césped. El coloso de Compostela es un ariete de sonrisa bondadosa y de zarpas afiladas. Va al trote, parece que no tiene ninguna incidencia y, en un momento, ya te ha asestado un golpe. Su repercusión en el ataque zaragocista es inapelable. El gallego ha afianzado su condición de verdugo en la segunda vuelta, ya que en estos últimos siete partidos ha necesitado 14 disparos para fabricar 7 goles. Es decir, un gol cada dos disparos.

No ha habido un fiel seguidor al fútbol español que no hablase del Cucho Hernández en la primera vuelta. Nadie pudo imaginar de un chavalín de 18 años pudiera poner la competición patas arriba y convertirse en uno de los valores emergentes más señalados del fútbol colombiano. El cafetero marcó diez tantos en el tramo inicial, exhibiendo por los campos de Segunda su poderosa arrancada y velocidad en carrera. El Cucho es un diablo. Parte desde banda derecha, se mete por dentro, se asocia con el Chimy, dispara desde lejos, corre, regatea… No para quieto, y cuando juega así termina por rasgar las vestiduras de los defensores. Sin embargo, sus prestaciones se vieron estancadas debido a una fisura en el pie que le apartó del verde casi dos meses, algo que terminó repercutiendo al Huesca de forma negativa.

Relevantes

Tanto Cucho como Borja son dos de los artilleros que más rematan en la categoría. 77 y 71 disparos respectivamente, de los cuales 11 y 16 han terminado en gol. El delantero del Huesca promedia en esta temporada un gol cada siete disparos; mientras que Borja convierte un disparo en oro cada cuatro ocasiones. El colombiano ha disputado cerca de 700 minutos menos que el zaragocista, algo que no le ha impedido promediar estadísticas de alto standing. En asistencias gana el colombiano, con cinco tantos servidos por los cuatro que ha proporcionado el punta blanquillo.

Por las botas de Borja Iglesias y Cucho Hernández pasan gran parte de las esperanzas ofensivas de cada equipo. Cuando el gallego anota es claro sinónimo de que el Real Zaragoza está cerca de acariciar el triunfo; mientras, el punta oscense debe recuperar aquella chispa que fascinó durante el primer tramo de Liga para ayudar al Huesca a alcanzar su sueño. Dos artilleros con distintas habilidades, cada uno perteneciente a una escuela diferente.

Parte de las aspiraciones de cada equipo pasan por las botas de estos delanteros. Borja Iglesias, ubicando en la punta de lanza junto a Pombo; y el Cucho, caído a banda derecha pero con la capacidad de moverse con libertad por cada punto del ataque. El gol tiene nombre en La Romareda con dos jóvenes talentos que tienen un prometedor futuro por delante en el balompié europeo.