La normalidad se restauró ayer en los bancos aragoneses, un día después de la comparecencia del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien declaró la independencia de Cataluña para, acto seguido, pedir que se dejara suspendida con el fin de abrir un proceso de diálogo y negociación. Fuentes financieras conocedoras de los movimientos bancarios que se han producido estos días en Aragón, destacaron a EFE que han continuado los movimientos de ahorradores catalanes, en algunos casos para transferir fondos, pero estos fuereon en un número y en una frecuencia tales que se pueden considerar «normales». Así que, como corroboran las fuentes consultadas, no se registraron la carga de trabajo o de asesoramiento en la sucursales que sí se había vivido durante días anteriores. También como «normal» calificaron las fuentes la actividad de las oficinas bancarias ubicadas en municipios de la Franja aragonesa. No se produjeron largas colas como en días previos, pero, apuntaron las fuentes, las operaciones se siguen dando «a cierto ritmo». Operaciones que, en algunos casos, superan el millón de euros debido a la «inquietud” de los ahorradores ante la situación de «inestabilidad jurídica» que atraviesa Cataluña tras el referéndum ilegal del 1 de octubre.