La nueva tarjeta ciudadana para no empadronados ya está a punto de ver la luz. La denominada Zaragoza Anónima está lista para superar las pruebas técnicas previas a su puesta en circulación, que se espera para el 2017, cuando se expidan las primeras 25.000 unidades. Se trata de un dispositivo llamado a sustituir la tarjeta bus de AUZSA, útil para el bus y el tranvía, que a diferencia de este emitirá y cobrará por ello el consistorio y no la contrata del transporte público. Es la modalidad de pago más extendida en la capital aragonesa y en pocos años tenderá a su desaparición, pero la nueva tarjeta incorporará todos los servicios municipales que se quieran para aquellos que no figuren en el padrón municipal.

Están a punto de finalizar los seis meses que se le dieron a la unión temporal de empresas (UTE) formada por Zeumat Zitycard e Hiberus Tecnologías de la Información para el inicio de su puesta en circulación y se espera que a principios del 2017 estén ya en la calle. Quedan los últimos flecos por pulir antes de ello, pero algunos de los detalles que esta tendrá aparecían en la oferta ganadora del concurso público que se falló en mayo y que se empezó a hacer efectivo en julio.

El más destacado es el coste para el ayuntamiento. Serán 2,47 euros por unidad expedida en tarjeta los que se repercutirán por parte de la empresa, un coste que se reducirá a casi la mitad, 1,5 euros, si esta se implanta en el teléfono móvil con la tecnología NFC. Un avance significativo y un ahorro de costes que tiene una finalidad añadida, que es que el tope máximo establecido por contrato no sea un obstáculo para llegar al mayor número de ciudadanos posibles. Así, en las condiciones actuales, se podrían expedir un máximo de 200.000 unidades. Si los usuarios optan por insertarla en el móvil, las cifras pueden ser muy superiores.

Sin embargo son más las dudas que las certezas con respecto a esta nueva tarjeta ciudadana para los no empadronados de Zaragoza. Por ejemplo cuánto le costará al usuario, dónde se podrán solicitar y recargar, o qué servicios se incluirán en la oferta disponible para los no censados.

Aún así, el transporte ha sido, tradicionalmente, el objetivo más ambicioso de la tarjeta ciudadana. Y también el que más riesgos conllevaba, puesto que tiene una demanda importante como para exponerse a cometer fallos. Aún así, la tarjeta bus sigue siendo más utilizada hoy en el transporte público que la ciudadana, quizá por la necesidad de aportar una identificación personal que no requiere la que expide AUZSA. Algo que no pasará en la Zaragoza Anónima.