A pesar de mostrarse dispuesto a dar una nueva oportunidad a la vía del diálogo, la visita ayer a Zaragoza del vicepresidente de Manufacturas de Opel, Rémi Girardon, sirvió para certificar la amenaza a la factoría aragonesa. Figueruelas deberá recortar los costes laborales o no fabricará el Corsa en el 2019, verá reducida su producción a la mitad (una sola línea) y no optará a nuevas inversiones. El mensaje enviado a primera hora del día de ayer al comité de empresa fue gélido, casi tanto como la mañana en Figueruelas. Y tajante. La reunión apenas duró 40 minutos. Eso lo dice todo.

El número dos de PSA trasladó ese mismo discurso apenas unas horas después al presidente aragonés, Javier Lambán, en un encuentro en el Pignatelli al que también asistieron el director de Opel España, Antonio Cobo, y el de Recursos Humanos, Carlos Iglesias.

Pero el argumentario de PSA parece inflexible. La hoja de ruta pasa por el beneficio económico y, a juicio del grupo francés, este es el único camino para asegurar el futuro. Un reciente estudio publicado por Le Figaro sitúa la rentabilidad de PSA en 1.400 euros por vehículo frente a los 225 euros de pérdidas de Opel. Y para revertir esa situación el consorcio galo quiere ahorrar 700 euros por vehículo en la marca alemana y recortar un 17% los costes en Figueruelas.

APOYO DE LA PLANTILLA DE VIGO

Sin embargo, los sindicatos no quieren reblar, porque la plantilla así lo pide y porque creen que lo que exigen (un plan industrial nuevo, la vuelta del contrato de relevo, un plan de rejuvenecimiento, la recontratación de 170 temporales y la inclusión de 400 empleados al convenio) es «justo». Ayer mismo, los sindicatos de la planta de PSA en Vigo trasladaron su apoyo «rotundo» a la plantilla de Zaragoza ante el «chantaje» de la multinacional y le instaron a «mantener el pulso» para conservar sus condiciones laborales.

Mientras, los sindicatos de Figueruelas lamentaban que el trabajo en los lanzamientos y el esfuerzo para dialogar durante los últimos años «no ha servido de nada». Y se aferran a la unidad sindical como la mejor arma para afrontar la situación. «Ellos tienen una fuerza y nosotros otra. Estamos todos los sindicatos a una y vamos a tirar todos juntos con las medidas que se vayan a presentar», apuntó la presidenta del comité, Sara Martín.

Ya por la tarde, intentó tender puentes de diálogo al ratificar que el comité había decidido «restablecer la mesa de negociación». El desbloqueo deja en el aire la convocatoria de posibles movilizaciones. Con todo, la sección sindical de CCOO mantiene su asamblea del sábado.