Un viaje combinado es el que se contrata con un precio global en el que se incluye al menos dos de estos elementos: transporte, alojamiento y otros servicios turísticos. Según la Unión de Consumidores de Aragón, estos paquetes promocionales son los más extendidos en las campañas de verano "y también los que más problemas dan". Por ello, advierten cada año de los derechos del usuario.

El comprador cuenta con la posibilidad de ceder su reserva, previa comunicación a la agencia con 15 días de antelación; le corresponde el reembolso de lo pagado si la agencia modifica las condiciones del contrato o se cancela el viaje sin el aviso previo legal, puede hacer un viaje de igual o superior precio, o la devolución de la diferencia si elige uno más barato; y a la indemnización en caso de que le causara algún perjuicio añadido.

La agencia de viajes podrá cobrar hasta el 25% del importe total en caso de cancelación del usuario, más los gastos de gestión, y cobrar la totalidad si el cliente no se presenta a la hora prevista de salida.

El usuario también tiene derecho a indemnización si tiene problemas en el transporte. En tren, si pierde un trasbordo por retraso del primer convoy le deberán devolver entre el 25% y el 100% del importe, según el tiempo de retraso. En avión, si se produce el conocido overbooking, la compañía deberá proporcionarle plaza en el vuelo que más le convenga, conducirle al destino de la forma más rápida o el reembolso del importe. Además, deberá correr con los gastos de alojamiento, comidas, llamadas y demás conceptos que tenga que hacer el usuario durante la espera. En barco, se deben cumplir los itinerarios, frecuencias, tarifas y condiciones ofertadas. Por eso se recomienda guardar la publicidad para reclamar.