La revisión "en profundidad" que el Ministerio de Sanidad estudia para "actualizar" la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud --los que se prestan gratuitamente-- generó ayer polémica, después de que el consejero aragonés Ricardo Oliván, asegurara en una entrevista concedida a la Cadena SER que "las mamografías están en el límite".

Un extremo matizado luego por fuentes del departamento de Sanidad, que aseguraron que "el hecho de que estén al límite no quiere decir que se vayan a eliminar". "Todo lo contrario", quisieron zanjar esas mismas fuentes, que afirmaron que "Aragón seguirá haciendo mamografías, porque es una prueba esencial y este departamento apuesta sobre todo por la prevención".

En sus declaraciones, Oliván también se pronunció sobre la posible exclusión de las técnicas de rehabilitación. "Depende de qué", dijo el consejero. "Hay rehabilitaciones que permiten alcanzar un nivel de movilidad suficiente para poder hacer una vida normal y otras que permiten ganar, por ejemplo, más fortaleza en los músculos. En ese caso, a lo mejor habría que separar entre las dos cuestiones", añadió.

A EXAMEN La controversia se produjo después de que la misma emisora revelase por la mañana que el ministerio revisa, junto a un grupo de expertos, la cartera básica de servicios, para determinar si algunos de ellos deben formar parte de la cartera accesoria --la no gratuita--, al no considerarse esenciales o haberse quedado obsoletos, mantenerse o cambiar.

Durante el día, trascendió que las primeras prestaciones sujetas a examen serán los tratamientos de reproducción asistida, los cribados, la selección genética, la rehabilitación y los implantes oftalmológicos. Según Europa Press, la revisión se irá ampliando progresivamente a otras áreas, aunque fuentes del ministerio se apresuraron a asegurar que "es falso que se estén estudiando nuevos recortes". El objetivo de Sanidad es que "todos los ciudadanos tengan acceso a los mismos servicios y en las mismas condiciones con independencia de donde residan".

El pasado mes de abril, la ministra Ana Mato acordó con las comunidades la creación de varios grupos de trabajo --formados por personal del propio ministerio y de las comunidades autónomas--, para analizar el futuro del Sistema Nacional de Salud. Una vez concluidos sus análisis, la meta es dejar la cartera de servicios comunes dividida en tres: básicos, suplementarios y accesorios.

REACCIONES La noticia causó revuelo en la política y también en la profesión, si bien el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, Juan José Rodríguez Sendín, declaró ayer en Santander que cree que "hay margen" para una revisión de esa lista de servicios. No tanto, dijo, de cara a un recorte en el número de patologías --para él, "seguirán siendo todas"--, sino en lo que respecta al "tiempo y la forma", en que se prestarán. En línea con el argumento del ministerio, Rodríguez Sendín dijo que "nadie ha hablado de recortes, sino de precisión en la aplicación de la cartera y de hacer exactamente lo necesario".

El portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, Marcelino Sánchez Bayle, vaticinó que los "recortes" en los servicios básicos se conocerán tras las eleciones de Galicia y el País Vasco, fijadas para el próximo 22 de octubre. El representante de esta federación, denunció que "se quiere adelgazar la cartera básica de servicios, para traspasarlos a la complementaria o suplementaria", con el consiguiente pago de los ciudadanos. Sánchez Bayle abogó, no obstante, por desarrollar una "evaluación continuada" de las prestaciones pero con la tecnología adecuada.

La previsión del ministerio es que, cuando los grupos de trabajo tengan sus conclusiones, serán estudiadas por el Consejo Interterritorial de Salud.