Aragón celebra en 2014 un San Jorge descafeinado, con el dragón de la crisis aún por derrotar. Sin mayores aspiraciones autonomistas ni nuevas amenazas regionales, no será la de hoy una jornada de reivindicación o de defensa específica de intereses. El día del patrón lleva camino de convertirse en un día de fiesta más, ignorando el significado con el que se instituyó hace tres décadas, mientras se cimentaba la realidad de Aragón como comunidad. Mal camino es el del olvido.