Villanueva de Sijena ya sabe lo que es celebrar unas fiestas a las espera de la devolución de las obras de arte del monasterio de Santa María. Llevan más de 80 años de litigio y paciencia no les falta. «Esto irá para largo, los catalanes nunca devuelven nada», bromea el jubilado José Antonio Allué junto al escenario que acogerá las orquestas y algunas de las actividades de los festejos. Sin perder la esperanza recordó que el pasado año las 51 piezas que entregaron se recibieron sin previo aviso (dos se perdieron por el camino). «Si traen lo que falta serán muy buenas fiestas», destacó.

En el pueblo explican que la alegría por la primera entrega se va olvidando. Aunque los visitantes han ido en aumento la excitación de los primeros meses se desinfla. «Con una colección más completa el pueblo tendría más difusión», destacó Adelina Aragüés.

El sentimiento de que no están sacando todo el partido que sería posible del turismo es generalizado. Entre las críticas más habituales está la del cobro de las entradas. El propio alcalde, Alfonso Salillas, reclamó una entrada única para el monasterio y para la sala de exposiciones con las piezas. Hasta el momento cada una de ellas se cobra por separado y los horarios no son coincidentes, algo que provoca las quejas de los visitantes. «Es importante apostar por la visita única y aprender de la experiencia de lugares como Loarre», destacó. Además, en la otra atracción del pueblo, en la casa natal de Miguel Servet, también se cobra un pase distinto.

Aunque en las fiestas no está previsto ningún acto sobre el litigio abierto con Cataluña sí que habrá espacio para la reivindicación. La plataforma ciudadana Sijena Sí tiene previsto instalar mesas en la plaza para recabar firmas en su campaña de denuncia. Por su parte, el consistorio tiene previsto utilizar la celebración para hacer la puesta de largo de una espectacular y detallada maqueta del cenobio de Santa María que se puede ver desde hace meses en la casa de Servet.

La construcción, creada por una asociación belenística de Fraga, muestra una jornada en el cenobio en su época de mayor esplendor. No falta detalle: las monjas paseando, los trabajadores del huerto y el toro negro que, según la leyenda, decidió el emplazamiento del monumento.

En la panadería de Villanueva las conversaciones de los clientes acaban derivando, de una forma u otra, en el conflicto judicial. «Será muy difícil que nos las devuelvan porque todo se mezcla con la política», lamentó Laura Morel.

Esta noche a las diez el pregonero Sántos Pérez Serrate, un antiguo maestro de la localidad, será el encargado de abrir los festejos que durarán hasta el domingo. Salillas espera que acudan visitantes de toda la comarca que se sumarán a los más de 4.000 turistas que se han interesado por los bienes en el último año. Y todos los vecinos esperan que las próximas fiestas sean distintas. «Tenemos que ser positivos porque aquí se ha trabajado mucho para lograr la devolución», expresó Aragüés.