La capacidad para reproducir música y manejarla de modo simple ya estaba rodada en el iPod, que ofreció el primer modelo de negocio serio para las discográficas, que vivían con angustia como Napster y sus herederos amenazaban con acabar con ellas. Al final lo lograron, pero la iTunes Store se ha convertido en el primer negocio de venta de música on line, solo amenazada por el creciente modelo de streaming de Spotify, que no tuvo versión para móviles hasta el 2009, y al que Apple ha tenido que acabar sumándose.

Pero los intentos de ofrecer música en el móvil no eran nuevos. Nokia lo había probado en el 2001 con el 5510 y la propia Apple apadrinó el Motorola Rokr, que ofrecía sincronización con iTunes. Pero la compañía capaz de crear el Razr, un móvil ultraplano que tuvo un gran éxito porque no abultaba dentro del bolsillo masculino, lo engordó demasiado, no cuidó el diseño y no solucionó bien el tema de las conexiones. Los consumidores le dieron la espalda y en Apple decidieron crear su propio teléfono.

Le añadieron vídeo, pero a través de iTunes donde nunca ha tenido mucho éxito, y desde el 2012 por la app de Youtube, no sería la killer application (el programa que hace que un producto se venda y sea codiciable) del teléfono.

El smartphone se ha convertido en estos años en la segunda pantalla de vídeo, sobre todo para los más jóvenes donde es definitivamente la primera. España es el quinto país mundial en horas de consumo de teléfono móvil tras Brasil, China y EEUU y el segundo europeo después de Italia.