Unidad sí, aunque espinosa. Los partidos evidenciaron ayer que comparten un rechazo unánime al terrorismo, pero mostraron también que discrepan en determinadas medidas para luchar contra esa amenaza. El Gobierno y Ciudadanos jugaron sus cartas para subrayar esas diferencias en un intento por situar a Unidos Podemos y los nacionalistas como fuerzas de compromiso esquivo frente al yihadismo.

En la reunión del Pacto Antiterrorista, en Madrid, a la que acudían todas las formaciones políticas (salvo EH Bildu), PP y C’s abrieron la brecha. Reclamaron a morados, PNV, ERC y PDECat que dejen de ser observadores y accedan a firmar ahora un texto que en el 2015 no suscribieron porque no están de acuerdo con algunas de sus medidas.

El Pacto Antiterrorista fue impulsado por Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. A él se unieron luego C’s, UPN, Foro Asturias, Coalición Canaria, Partido Aragonés y UPyD. Desde entonces, Unidos Podemos ha asistido a todas las reuniones como observador. Los nacionalistas acudieron por primera vez ayer, en esa misma categoría. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, les urgió. Pidió a «todos los partidos que todavía no lo han hecho» suscribir ese pacto para mostrar «esa unión y respuesta unánime». El secretario general de C’s, José Manuel Villegas, les pidió «un compromiso mayor».

El PSOE, que en el pasado había exigido a Podemos que firmase, se negó alimentar las discrepancias. Aunque la incomodidad de los señalados es evidente, evitan afear esa presión, conscientes del deseo de la ciudadanía de que no haya instrumentalización política del terrorismo, tras la controversia del 11-M.

SIN FIJAR POSICIÓN

El partido de Pablo Iglesias anunció que continuará de observador, sin rubricar. «Ningún atentado va a hacer que vayamos a cambiar nuestra opinión», advirtió Rafael Mayoral, representante morado en el Pacto Antiterrorista, y cuestionó la equiparación de unidad con uniformidad. «La sociedad requiere de diferentes voces que opinen distinto», señaló.

Los independentistas fueron menos explícitos. «Ahora cualquier respuesta obligaría a entrar en un debate que distorsionaría lo mejor de hoy. Lo importante es que grupos en las antípodas estábamos sentados en la misma mesa», adujó el portavoz de ERC, Joan Tardà. El PDECat tampoco fijó posición nítida. «Hoy no nos toca entrar en valoraciones de carácter político, en su momento lo valoraremos», se limitó a responder su portavoz parlamentario, Carles Campuzano. El PNV descartó firmar el acuerdo tal como está redactado, pero abrió la puerta a sumarse si el texto se modifica.

El PSOE evitó alinearse con PP y C’s y puso el foco en la cooperación, «con independencia de si son firmantes u observadores», puntualizó su portavoz, Margarita Robles.

Los no-firmantes consideran que el Pacto Antiterrorista no es eficaz. Opinan que el agravamiento de sanciones en el Código Penal y el recorte de libertades ciudadanas en pos de la seguridad no evitan atentados y reclaman, en cambio, que se persiga la financiación internacional de los terroristas.

Las reuniones del pacto dejarán de ser esporádicas -de reacción tras un atentado- y se establecerá una periodicidad. Así lo propuso este lunes C’s en una iniciativa que Gobierno y el resto de partidos asumieron. También fue aceptado su planteamiento para que se haga un informe de evaluación para detectar logros y errores.