El cáncer no solo es miedo, dolor y angustia. Para muchos también supone terapias agresivas, cambios forzados de imagen y patologías oportunistas. Traducido: caída de pelo, piel frágil, problemas en las uñas, moratones y echarse diez años encima. La enfermedad no solo sobreviene sino que se ensaña, y el tratamiento a veces también.

«Se pasa mal, se pasa muy mal», explica Marisol, una enfermera que es ahora paciente con quimioterapia semanal. La peluca, el maquillaje y la ropa le permiten no tener que dar detalles a los demás del drama que pasa, el catéter que lleva, la piel frágil, el pelo que pugna por volver a crecer. Y el dolor, el estrés y la tristeza. Un masaje descontracturante le aporta consuelo y endorfinas que la animan. Y no vale el estándar. Su piel está ahora mucho más sensible y las fricciones han de ser «ligeras, muy suaves y centrada en ciertos puntos y no en otros, porque puedes provocar más daño», explica el fisioterapeuta Manuel Escobar.

«Son personas antes que enfermos. El cáncer es ahora una enfermedad crónica y pide un tratamiento multidisciplinar», resume la doctora Carolina Ambra Redaelli, médico y presidenta de la Asociación Profesional de Estética Oncológica (APEO), una entidad creada en Italia y que ahora se implanta en España para dar a los profesionales de la estética formación para atender a los pacientes oncológicos.

Hace tres años, tras vivir la enfermedad en personas cercanas, Redaelli, junto a la cosmetóloga Loretta Pizio, propuso al oncólogo Umberto Veronesi, impulsor de la cirugía conservadora de la mama, abrir un espacio de estética en el Instituto Europeo de Oncología que él dirigía. La respuesta fue tan buena, explican, que «lo que iba a ser una prueba de tres meses se ha quedado y ha despertado el interés en toda Italia». Unos 600 pacientes han sido tratados en el espacio, que destina parte de lo recaudado a la investigación.

Red institucional

APEO promueve ahora el manifiesto Calidad de vida para enfermos oncológicos, para pedir a la Unión Europea que se homologue la formación que han creado y se «establezca una red institucional de operadores certificados» que puedan ser recomendados por los médicos y que actualicen sus conocimientos cada año.

«Las nuevas terapias son casi un tratamiento a la carta que produce reacciones adversas también individuales y que han de ser tratadas de manera diferente», explica la dermatóloga Alba Catalán. En otros cánceres, metástasis o retenciones de líquidos son efectos que tampoco tratan los médicos.