El caso de Pilar Ferrero, de 32 años, y Miguel Portero, de 37, cumple el perfil de las familias que peor llevan el retraso en la entrega de los pisos. Si se prolonga 18 meses más, las consecuencias serían nefastas, porque "estamos pagando 500 euros de un alquiler todos los meses, aparte de los 350 euros de cuota a la cooperativa y 175 al banco por un préstamo. ¿Quién nos va a pagar ese gasto durante año y medio?", se preguntaba Pilar, que ayer acudió a la reunión de vecinos en Arcosur con sus dos hijas, una de tres años y otra de cuatro meses. Cargas familiares, trabajo inestable y un sobrecoste mensual por una vivienda que nunca llega. Junio era para ellos una tabla de salvación, al menos había fecha garantizada. Pero, ¿y ahora? Les urge por los pagos que asumen los dos y porque "ya estábamos haciendo planes para entonces" pero ahora quedan sumidos en una incertidumbre también provocada "porque nadie se digna a informarnos y lo que sabemos es porque nos enteramos por los medios de comunicación".