Los grupos municipales en el Ayuntamiento de Zaragoza no parece que vayan a ceder a la propuesta del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) mañana, pero la discusión promete. Por todos los papeles que este plan especial está sacando a relucir con años de retraso. Por ejemplo el acuerdo en el 2008 del Gobierno municipal (del PSOE) con el que se conseguía evitar la deslocalización de Pikolín. El consistorio se comprometía a facilitar otro emplazamiento a la factoría, que finalmente fue Plaza, y a tramitar el desarrollo urbanístico de una zona en la que al margen de usos industriales cabían otros. Entonces no había proyecto de outlet. Tampoco en el 2015, cuando se origina la tramitación de este controvertido plan especial al que se le dio impulso por unanimidad en el salón de plenos. Ni IU, entonces con el ahora responsable del Urbanismo, Pablo Muñoz, ni CHA entonces sabían de las intenciones de Iberebro. Una firma que, además de denunciar el bloqueo administrativo ya tiene a una empresa especializada atando firmas comerciales que llenarán su outlet sin tener asegurada la aprobación del plan. O quizá sí, en base a aquel documento del 2008 que firmaba el responsable de Urbanismo, Carlos Pérez Anadón, ahora líder del grupo municipal socialista. El PP y Ciudadanos ayer aseveraron que votarán en contra de la propuesta de ZeC y a favor de la que originó todo esto un 29 de abril del 2015, a un mes de las elecciones. Es la que aprobó el Gobierno de la ciudad, días después de que por primera vez se hablara de un outlet en los suelos de Pikolín. El entonces vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno, auguraba ya polémica, aunque era un proyecto «importante», según el PSOE. También ahora, con el presidente de Aragón, Javier Lambán, dejándose ver en fotos mostrando su apoyo a esta iniciativa. Y ahora le piden que la declare de interés autonómico. Iberebro exige seguir los pasos de Puerto Venecia, otra zona H ahora comercial. ¿Por qué allí se permite vender ropa? Quizá esta vez se aclare, pero al menos los domingos cierra.