"Es necesario que los colectivos recarguen las pilas y vuelvan las movilizaciones masivas en la calle, como ocurrió con el 15-M". Es la opinión de Pablo Híjar, activista en los movimientos vecinales y antiguo portavoz de la plataforma Stop Desahucios.

Ahora ejerce como concejal de Zaragoza en Común (ZeC), la coalición de partidos que dirige desde hace casi un año el ayuntamiento y que tiene la responsabilidad de poner en práctica aquellas reivindicaciones que abanderaron los que ahora forman ZeC.

En Aragón, la llamada nueva política que vino para reinstaurar la democracia real irrumpió con fuerza en las últimas elecciones. ZeC gobierna --en minoría-- la quinta ciudad más grande de España y Podemos sigue intentando ganar protagonismo en las Cortes de Aragón presionando al PSOE. Ambas formaciones lanzaron muchas promesas cuando se dieron a conocer y muchas son las que ahora deben cumplir. Tanto Podemos como ZeC tienen su origen en aquellas plazas repletas de indignados bajo un paraguas.

"Las protestas volverán"

Elena Giner, concejala de ZeC, admite que su formación "ha bebido y bebe" del 15-M, pero niega que sean lo mismo. "No debemos caer en la trampa de pensar que el movimiento se ha institucionalizado, fue una semilla que hizo que cambiaran muchas cosas".

Híjar coincide con su compañera de bancada, que rechaza tajantemente que se haya producido un trasvase de los movimientos a las instituciones. "Los colectivos han sufrido el cansancio y el desgaste de la lucha, están en un periodo de reflexión y maduración, pero las movilizaciones volverán", explica Híjar para justificar este momento en el que las plataformas parecen adormecidas.

La portavoz del grupo parlamentario de Podemos de las Cortes de Aragón, Maru Díaz, se desmarca de esta reflexión. "La acampada supuso un cambio en el flujo de los movimientos sociales. Sus integrantes dimos un paso adelante y entramos en la política. Somos los mismos, los de la calle".

Cinco años después, las cosas se ven diferentes desde el despacho. Díaz admite que las cosas van más despacio de lo que se imaginaba. "La oposición no da tanto de sí como gobernar". Algo parecido sucede al frente del Gobierno de Zaragoza. Según apuntan Híjar y Giner, se enfrentan a ciertas limitaciones legales. Ambos coinciden en que se ha logrado cumplir con algunas de las peticiones que exigían en la plaza del Pilar hace 5 años micrófono en mano, pero no todas.

"Hemos puesto a las personas y a los derechos sociales en primer lugar, mejorado la transparencia y la participación y hemos luchado contra la crisis económica gestionando la ciudad de una manera nueva", explica Giner, muy activa en la acampada de Zaragoza y firme en su idea de que los colectivos, las mareas y los movimientos son necesarios. Híjar completa la lista de los logros de ZeC añadiendo el proceso de municipalización, la paralización de desahucios forzosos o la ampliación del parque de viviendas sociales.

Sin embargo, las fuerzas del cambio no son suficientes. "Siempre hace falta la protesta. Es fundamental que metan presión constante", comenta Giner. Pero esto no sucede. "No creo que sea porque hemos llegado a las instituciones. Los movimientos tendrán que reactivarse tarde o temprano", reflexiona.

"La política te cambia"

Ella dice que no siente más presión ni responsabilidad por el hecho de tener el poder de poner en práctica aquellas cosas que reivindicó en su día. "Los ciudadanos son quienes nos tienen que exigir respuestas y responsabilidad porque somos representantes políticos, nada más", apunta.

Aunque Díaz se considera igual que aquella joven que grito por el cambio, admite que estar en política "te cambia". Se pierde frescura, se utiliza un lenguaje que nadie entiende y se habla de asuntos que solo son relevantes en el Parlamento. "Lo malo de la política es que enrancia, por lo que es muy importante mantener los pies en la tierra, en las plazas, en las calles y con la gente que no vive de ella".